TERESA MOLERES
SORBURUA

Colores de otoño

Cuando el jardín se va quedando sin flores comienzan los brillantes colores otoñales en arbustos y árboles pequeños. Se pueden plantar en solitario o, por el contrario, mezclados con otros para formar macizos florales que ocupan poco espacio y son fáciles de trasplantar. Además cuentan con la ventaja de que tienen un mantenimiento reducido. Los llamados arbustos de flores requieren podarse una vez al año; a la manera clásica sería a finales de invierno, para los de floración estival, y al comienzo del verano, para los de floración primaveral. Tanto si son de hojas doradas o plateadas, de un solo tono o variados, sus colores tienen una duración superior a sus flores. A estos arbustos no les gusta el sol en exceso porque les quema; tampoco la sombra, pues les debilita y vuelve verdosos.

Con una inteligente elección de arbustos se pueden obtener flores y frutos a lo largo del año. Luego llegará el follaje rojizo y cobrizo propio del otoño. Algunos, además, están perfumados y atraen a los insectos valientes que se atreven con el frío. Es importante comprar arbustos jóvenes, porque entre otras cosas resultan más baratos y se enraízan más rápidamente que aquellos sujetos que han estado mucho tiempo en un contenedor. Tampoco hay que caer en el exceso contrario y comprar “arbustitos” de menos de 20 cm.

Para componer macizos atractivos, hay que estudiar la alternancia de volúmenes y los follajes de hojas grandes con otros plumosos y de alturas variadas. Conviene tener en cuenta que entre los tonos cálidos y llamativos se pueden plantar vivaces y arbustos pequeños con hojas persistentes bien verdes que aportarán moderación al conjunto. El Berberis thunbergii, dorado con puntas naranjas, mantiene estos colores con tal de disfrutar del sol. El Acer japonicum pequeño de 2 a 3 metros se caracteriza por su follaje plumoso y es apropiado para suelos frescos, neutros o ácidos. Hay otros arces como el Acer palmatum y el Aureum. El Sorbus wardii es un “arbolito” con el follaje más plateado de su género, mientas el Cornus alba destaca por su corteza y el tono dorado de su follaje mezclado de blanco. También es interesante el Hamamelis, conocido por sus flores invernales perfumadas en su follaje otoñal. Y es que la elección es enorme entre arbustos medianos y árboles pequeños, todos magníficos en la próxima estación.