IKER FIDALGO ALDAY
PANORAMIKA

Potencia

La creación contemporánea actúa como una ventana hacia diferentes matices desde los que experimentar la vida. Nuestro paso por este mundo se enriquece con el abanico de posibilidades que esta propone, y huye de la alienación rutinaria cuando logramos poner en duda aquellos caminos que nos vienen marcados. Esta capacidad es una de sus mayores riquezas y es, a su vez, inseparable de un contexto, de un tiempo concreto al que pertenecemos y desde el que regimos nuestros modos de hacer. Las dos exposiciones que reseñamos a continuación son fieles a los procesos sociales desde los que se pronuncian. Nuestra lectura debe entonces aproximarse a sus códigos, asumir como público una responsabilidad de implicación activa que llegue a valorar más allá de la factura formal, una potencia política inapelable en cada una de las muestras.

“38 de julio - 37 de octubre” hace alusión a una fecha inexistente a un periodo que parece encerrar un suceso falso, una memoria inventada. El título de la exposición que Juan Pérez Agirregoikoa (Donostia, 1963) presenta en el Centro-Museo Artium de Gasteiz hasta el 17 de setiembre, bien se antoja como una declaración de intenciones del contenido al que accedemos en su interior. El humor aparece como un ingrediente común en casi todas sus piezas, en donde técnicas como la acuarela o el carboncillo parecen reclamar hacia su fuerza disciplinar un trabajo que, sin embargo, se expande hacia otros derroteros sin mostrar fidelidad alguna.

Por otro lado, bajo esa primera capa de fácil asimilación surge un diagnóstico social, a veces incluso corrosivo, capaz de hacernos partícipes de una visión tan individual como colectiva, tan íntima como común. En lo que a la experiencia en sala se refiere, a pesar de contar incluso con piezas datadas en 1993, no estamos ante una exposición retrospectiva. El motivo del recorrido del montaje dista de centrarse en la evolución de la carrera de Agirregoikoa, para enfatizar en la fortaleza conceptual de su trabajo, sin duda merecedor de nuestra atención.

A destacar dos piezas en vídeo que se rigen como dos pilares imprescindibles sobre los que asentar nuestra visita. Por un lado la relectura de una obra de Pasolini, presentada por el artista donostiarra en la Bienal de Sao Paulo de 2015, que introduce una lectura sobre las formas capitalistas y la religión, por otro, una producción realizada de manera específica para la cita en Gasteiz en la que desde un punto autobiográfico se aborda una reflexión en torno a “La República” de Platón.

El convulso fin de siglo XIX en París, marcado por la crisis económica y la formación de grupos de izquierda que desató una ola de conservadurismo es el polarizado escenario que el Museo Guggenheim de Bilbo adopta para la exposición que tiene programada hasta el 17 de este mes. “París, fin de siglo: Signac, Redon, Toulouse-Lautrec y sus contemporáneos” recoge entonces el legado de grupos artísticos de carácter vanguardista que anhelaban una conversión universal de las formas pictóricas y sociales. Neoimpresionistas, simbolistas y nabis, asumen pues el protagonismo de esta propuesta, mediante una selección de piezas de gran relevancia.