XANDRA ROMERO
SALUD

Otra vez con el desayuno a vueltas

Recientemente han aparecido titulares como estos en varios medios de comunicación del Estado español: «Saltarse el desayuno puede ser tan dañino como fumar», «Saltarse el desayuno duplica el riesgo de lesiones cardiovasculares convirtiéndolo en un factor de riesgo como el tabaco, el colesterol o el sedentarismo» o «Desayunar fuerte protege las arterias».

Según estos medios, esto es lo que se extrae de un reciente estudio publicado en la revista “The Journal of American College of Cardiology”. Si algún lector ha creído alguno de estos titulares, es posible que le haya dado por desayunar más. Pero, ¿más de qué?

Fácil, solo tenemos que pensar en lo que desayuna la mayoría de la gente que tenemos a nuestro alrededor. Y no andaremos muy lejos si mencionamos Cola-Cao y galletas, digo bollería, o en su defecto, café con cereales de esos para cuidarse (que, en realidad, llevan más azúcar que una magdalena) o bollería directamente.

«Claro hombre, esto nos protege de las lesiones cardiovasculares seguro», pensaremos. De sobra está decir que la frase es completamente irónica, pero muestra el impacto y la repercusión que pueden tener unos titulares tan sensacionalistas como los mencionados.

Y es que el estudio, en realidad, no dice eso, pero primero es necesario aclarar un par de temas que seguro, los periodistas que han escrito estos titulares no han tenido en cuenta y que tienen mucho que ver con cómo se ha «entendido» la información en cuestión.

En primer lugar es importante conocer qué son las variables de confusión. Estas variables son cuestiones que el investigador no ha tenido en cuenta y que dañan la validez del experimento. Así dicho suena muy técnico, pero es un concepto muy sencillo.

Veámoslo con este estudio en concreto. En dicho experimento, diferencian entre las personas que tienen un patrón dietético más afín a la dieta mediterránea y que desayunan, y las que siguen un patrón nutricional que llaman “de negocios” y que son más proclives a saltarse esta primera comida del día. Cierto es que se han tenido en cuenta algunas variables de confusión, pero no todas, como puede ser el estrés. Este factor no se ha medido ni tenido en cuenta y seguro que los que siguen un patrón de alimentación “de negocios” pueden ser también los que más estrés sufran. Ya sabemos que este estado sí es un factor de riesgo cardiovascular demostrado científicamente. Y seguro que esta alteración no es la única.

El estrés es solo un ejemplo de cómo no se puede acusar a la ausencia de la primera comidad del día de ser la responsable del riesgo cardiovascular cuando podrían ser otros aspectos los que produzcan dicho riesgo.

Además, se trata de un estudio observacional. En este tipo de estudios no hay intervención por parte del investigador, y éste se limita a medir las variables que definen el estudio (Desayuna versus No desayuna). Pero tienen limitaciones como, por ejemplo, la subjetividad personal del investigador, que la presencia de algún factor de riesgo puede ser solo coincidencia; que como la observación se inicia en diferentes puntos en el curso del evento que se investiga, resulta difícil ser enfático acerca de la asociación temporal.

En definitiva, se ha de tener presente que, en general, este tipo de estudios no representan una evidencia sólida que justifique algún cambio en la práctica clínica puesto que no permiten establecer relación causal, es decir, no prueban causa y efecto, tan solo evalúan la asociación; no la causalidad, que es bien distinto.

El problema es que estos estudios refuerzan nuestras creencias, pero no proporcionan ninguna prueba fiable y, en definitiva, con la evidencia más actual lo único que podemos decir es que si quieres o necesitas desayunar, desayuna comida real y si no, tampoco hay pruebas de que te vaya a pasar nada. Principio del formulario, final del formulario.

Honi buruzko guztia: SALUD