TERESA MOLERES
SORBURUA

Parásitos vegetales

Son muchas las formas de interacción que existen entre los seres vivos y todas complejas. Una muy interesante es la parasitaria vegetal. Según su actuación, las plantas parásitas se dividen en dos grupos: Al primero pertenecen las hemiparásitas cuando son verdes, porque pueden producir clorofila pero obtienen agua y sales minerales de la savia bruta que transporta su anfitrión; el segundo es el de la holoparásitas, que no producen clorofila y tienen total dependencia de su huésped para obtener los compuestos orgánicos necesarios.

Volviendo a las hemiparásitas, un ejemplo es el muérdago Viscum album, que se desarrolla en un gran número de especies: manzanos, álamos, tilos, serbales... En este caso, la parte aérea del muérdago se desarrolla lentamente, sin embargo, la raíz se transforma en una ventosa que absorbe las sales minerales del árbol hasta dejarlo exhausto. En las holoparásitas, las células de la raíz se ponen en contacto con el sistema vascular que transporta la savia del anfitrión por medio de un puente agujereado. Una vez hecha la conexión, comienza a absorber lo que necesita.

Entre las holoparásitas se dan comportamientos interesantes para medrar mejor. Una variedad opta por segregar un líquido que ablanda la tierra para favorecer la penetración de la raíz; otra, como la lathraea, puede ser también carnívora: sus flores primaverales, rosadas y muy bonitas, digieren insectos y hasta animales pequeños si les caen dentro. Se da en los terrenos húmedos y vive en las raíces de avellanos, robles y sauces. La orobanche está especializada en parasitar el romero y la O. hedera la hiedra.

Una planta holoparásita con capacidad casi “inteligente” es la cuscuta. Sus tallos filamentosos llevan unas escamas minúsculas sin clorofila de color rojo herrumbroso. La cuscuta huele los componentes químicos volátiles emitidos por su víctima que se encuentran en el aire y le orientan para dirigirse hacia ella. Produce raíces chupadoras que se insertan en el sistema del anfitrión, y a vivir a su cuenta. Ocasiona graves problemas en los cultivos de alfalfa, lino, trébol y patatas y en algunas flores como los crisantemos, hiedra o petunias. La investigación de las plantas parásitas interesa actualmente para conocer la evolución vegetal.