IKER FIDALGO ALDAY
PANORAMIKA

Quietud

El paisaje mantiene su vigencia como uno de los grandes temas de la creación contemporánea. Su constante presencia en exposiciones de múltiples técnicas, disciplinas y épocas, no hacen sino sostener una continuidad que parece inagotable. Sin duda, nuestra forma de relacionarnos desde lo visual alude constantemente a la observación –y a la representación de lo observado– como forma de conocer el mundo. Esta constante se repite como anhelo de captación de un instante, una visión que nuestra mirada fija y enmarca como deseo de trascendencia. El paisaje es a su vez testigo de una construcción social, depósito de gestión del espacio y de nuestro impacto sobre el entorno. Lo que aparenta ser un mero acto de registro con una cámara fotográfica o un lienzo pintado al óleo, es en realidad un punto en la memoria de un lugar, una interpretación de lo que nos rodea y en definitiva una codificación de una quietud que desde su condición de obra artística será capaz de establecer nuevas vías de entrada al relato de nuestro tiempo. La amplia tradición fotográfica de la capital alavesa despliega durante estas semanas dos exposiciones que tratan el paisaje desde puntos de vista, aunque diferenciados, tremendamente sugerentes.

“Metamorfosis” es una muestra colectiva desde la que un interesante elenco de artistas locales reivindican un lugar propio en una reflexión sobre la transformación urbana y social del territorio alavés durante, especialmente, la segunda mitad del S.XX. Alex Sánchez, Dani Arrizabalaga, Javier Barrio, Maialen Bermúdez, Sergio González y Yone Estivariz abordan desde sus objetivos lugares desiertos, miradas que confrontan con la cámara, construcciones caóticas y calles que se hibridan con imágenes de otros tiempos. Todas y cada una de ellas resuelven desde un estilo personal una relación que, si bien parte de una propuesta eminentemente formal, lanza una reflexión conceptual sobre nuestra posición como parte de un mundo capaz de contener a muchos otros. La subjetividad solitaria del encuadre se convierte en colectiva a través del revelado y el montaje en sala. En este caso, todas las propuestas conviven en las paredes de la Sala Amárica de Gasteiz hasta el 26 de noviembre.

Por su parte, el prolífico fotógrafo gasteiztarra César San Millán (Gasteiz, 1957) habitará el espacio expositivo Zas Kultur hasta el 21 de noviembre. “Lapis” es el título de esta muestra que aglutina un total de diez piezas fotográficas de gran tamaño en las que una serie de paisajes montañosos se abren paso entre neblina, cielos grises y juegos de luces sobre cimas verdosas. Cada una de ellas es sin embargo un montaje, son paisajes que no existen y que el artista compone a partir de piedras que la creación artística eleva al estatus de obra. Cimas imaginadas que nunca podrán ser escaladas o mundos irreales que se materializan en la virtualidad del montaje digital, compiten entonces con recuerdos que nuestra propia mente manipula, como puertas a un mundo interno que el autor parece revelar como íntimo y en el que la crudeza de su aspecto nos hace alcanzar la desnudez del proceso creativo. La fotografía se desprende entonces de su compromiso con la fidelidad, el trampantojo es aún más veraz que el negativo pues alude de forma directa al plano emocional de nuestra experiencia perceptiva.