MIKEL INSAUSTI
CINE

«Mary Magdalene»

Ya se sabe que todas las películas que recrean personajes o temas relacionados con la vida de Jesucristo son polémicas, especialmente aquellas aproximaciones cinematográficas que están hechas con libertad y no cuentan con el respaldo o control de ningún lobby cristiano. Y puestos a buscar a la figura más controvertida de los Evangelios no encontraremos otra como María Magdalena, con permiso de la Virgen María, que ya ha sido más tratada en el cine. Pero en un tiempo en que se trabaja para restituir el papel histórico de las mujeres no podía faltar el retrato de la discípula que estuvo más cerca del Mesías, y que para más enjundia representa a la pecadora con derecho a ser redimida o, al menos, a no ser juzgada por su pasado antes de abrazar la fe. Aunque por su propia naturaleza “Mary Magdalene” ha sido un proyecto muy seguido en los medios especializados, los flashes de la prensa gráfica se empezaron a disparar cuando se supo del romance entre su pareja estelar, que es tanto como decir que Rooney Mara (María Magdalena) y Joaquin Phoenix (Jesús) mantenían una relación íntima. De la fase de rumorología se pasó a la confirmación oficial, cuando en el pasado festival de Cannes Joaquin acudió a recibir su premio de Mejor Actor por “En realidad, nunca estuviste aquí”, acompañado de Rooney y posando juntos para la posteridad.

Independientemente de lo que pueda haber de sincero o de promocional en la relación, el casting estuvo muy bien hecho, puesto que Joaquin Phoenix es conocido por sus papeles atormentados, lo que le hace ideal para representar el sacrificio del padre del cristianismo. Y Rooney Mara se ha ido abriendo paso en la industria por sus caracterizaciones de mujer fuerte o enfrentada a las normas sociales, ya sea como la Lisbeth Salander de la saga “Millennium”, o como la joven pareja sentimental de Cate Blanchett en “Carol” (2015). Ella se halla ante la oportunidad histórica de quedar asociada por siempre a la imagen de María Magdalena, debido a que ninguna otra actriz pudo antes encarnarla con un mínimo de difusión. Las actrices conocidas que la interpretaron se vieron perjudicadas por el hecho de que Hollywood la consideró en sus películas bíblicas como una mera secundaria, sin querer entrar en mayores disquisiciones.

María Magdalena ha sido máxima protagonista en contadas ocasiones, siendo la primera en una versión muda del año 1914 que contó con la mítica actriz Constance Crawley. Después no hubo nada más, hasta que llegó la gran producción mexicana “María Magdalena, pecadora de Magdala” (1946), en la que Luis Alcoriza hacía de Jesús emparejado con Medea de Novara. Solo la televisión se atrevería a volver sobre su rastro mucho más tarde, con la italiana Maria Grazia Cucinotta al frente de la coproducción “María Magdalena” (2000). Y de ahí se pasó al trabajo de Abel Ferrara con Juliette Binoche en “Mary” (2005), que era muy tangencial al utilizar la fórmula del cine dentro del cine. Poco después se hizo la modesta realización independiente de Charlie Jordan Brookins “Magdalena libre de culpa” (2007), protagonizada por Rebecca Ritz. Y lo último ha sido el documental de Martin Kemp y Sean Smith “Mary Magdalene: Saint or Sinner?” (2008), que en las escenas dramatizadas presentaba a la actriz Lucy Shaljian.

La nueva “Mary Magdalene” es una producción británica contabilizada como el segundo largometraje del australiano Garth Davis, que se dio a conocer internacionalmente con su anterior “Lion” (2016), una película sobre padres adoptivos australianos de un niño indio que recibió seis nominaciones a los Óscar. Ha vuelto a confiar en su director de fotografía Greig Fraser para hacer cine bíblico en toda regla, ya que no necesita de una ruptura genérica dada la fuerza intrínseca de su contenido feminista, en el que se han volcado las guionistas Helen Edmudson y Philippa Goslett.

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