Beñat ZALDUA
Barcelona

LA DENUNCIA DEL «CHANTAJE» TIENE UN PRECIO, MáS SIENDO INMIGRANTE

Tras denunciar con pruebas el «chantaje» de la Guardia Civil, Renaud «Belletti» se convirtió esta semana en el primer inmigrante en querellarse por las devoluciones en caliente. Permanece encerrado en el CIE de Barcelona a la espera de la deportación.

Llegar. Esperar. Subir y que te bajen. Subir, bajar y que te devuelvan. Con una pierna rajada que te obliga a pasar seis meses en el hospital. Volver a subir y que te vuelvan a bajar. A golpes. Hasta en seis ocasiones. Intentarlo una séptima vez y conseguirlo. O eso parecía. Ser chantajeado y resistir. Denunciarlo y ser encerrado a la espera de la deportación.

Tal es el vía crucis de Renaud Nyame, más conocido como «Belletti» por sus amigos, que el pasado lunes se convirtió en el primer inmigrante en denunciar por prevaricación a un jefe de dispositivo de la Guardia Civil por sufrir una devolución en caliente en Melilla. Es decir, por ser interceptado en territorio español y devuelto a Marruecos de forma inmediata, algo ilegal a día de hoy pero que el Gobierno pretende regularizar la semana que viene.

«Belletti» puso la querella desde el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de la Zona Franca de Barcelona, donde permanece privado de libertad desde hace tres semanas, a la espera de ser deportado. Puede ocurrir en cualquier instante. «En el momento en que le den una notificación de vuelo, es cuestión de horas», explica Teresa Palomo, fotoperiodista y compañera de «Belletti».

Es por eso que junto a la querella, los abogados reclamaron que, como medida cautelar, el juez congele el expediente de expulsión, ya que el testimonio de Nyame «resulta clave» para esclarecer los hechos, según explica el abogado Andrés García Berrio. «No sería la primera vez que deportan desde el CIE a alguien por la vía rápida por ser un testigo incómodo», añade García Berrio, quien asegura que la querella debería tener recorrido judicial, ya que los vídeos, las fotos y los testimonios aportados «son muy evidentes».

La propia Palomo explica que, tras contarle «Belletti» que fue devuelto después saltar la valla el 1 de mayo del año pasado (era la sexta vez que lo devolvían, en una ocasión gravemente herido por la concertina de la valla), se pusieron a repasar vídeos y fotos de aquel día y encontraron «tres vídeos donde se le veía claramente». A lo que hay que sumar el vídeo que el propio «Belletti» grabó desde lo alto de la valla con un móvil.

Chantaje de la Guardia Civil

«Es una persona consciente de sus derechos», subraya Palomo, que recuerda que no es la primera vez que Nyame (que consiguió entrar definitivamente en Melilla el 28 de mayo) denuncia abusos. De esta forma se refiere a la denuncia pública realizada sobre el «chantaje» al que fue sometido por la Guardia Civil. Así lo narra su compañera: «Tenía una primera salida del CETI en julio junto a su hermano, pero la Cruz Roja le dice que no se puede ir porque ‘tiene problemas’. Fuimos a la Policía Nacional, a la Guardia Civil, a los juzgados y en ningún sitio nos dijeron que tuviera ningún problema, pero dos semanas después, un Guardia Civil de paisano lo recoge en el CETI y le ofrece la residencia a cambio de información; de lo contrario, le amenaza con quedarse bloqueado en Melilla». Nyame grabó este intento de chantaje que el presidente de Prodein, José Palazón, asegura que es una «práctica habitual» de la Guardia Civil de la que tienen constancia y que la Ley de Extranjería permite solo cuando el migrante ofrece voluntariamente información acerca de las mafias.

Caso que no se corresponde con el de «Belletti», quien pasados varios meses, cuando le reiteró a la Guardia Civil que no quería colaborar con el instituto armado y pidió que le dejasen salir, recibió por respuesta un «no te preocupes, que tú te irás de aquí, pero al CIE», según el relato de Palomo.

Dicho y hecho. «Belletti» aguarda a día de hoy en el CIE de Barcelona («parece una cárcel», explica Palomo, que lo visita dos veces al día) una deportación que puede ser cuestión de días, a menos que el juez decrete la paralización de la expulsión para poder escuchar su testimonio.

Algo que tanto Palomo como García Berrio y Palazón consideran crucial para esclarecer el caso y animar a más migrantes a ejercer sus derechos y denunciar las vulneraciones de los derechos humanos.