GARA
RYAD-SANAA
EL INVIERNO SECTARIO ÁRABE

Los bombardeos saudíes frenan el avance chií hacia el sur de Yemen

Arabia Saudí y sus aliados suníes han decidido intervenir militarmente para impedir que la milicia chií de los huthíes, con la ayuda de las fuerzas del derrocado presidente Saleh, extendiera al sur su control sobre el país. EEUU apoya la intervención, «escalada peligrosa e ilegal» en palabras de Irán, valedor de los huthíes, y de sus aliados chiíes.

Arabia Saudí y sus aliados árabes lanzaron ayer una operación militar para frenar el avance de la milicia chií (zaidí) de los huthíes, que con la ayuda de los militares leales al expresidente Ali Abdallah Saleh, había llegado a las puertas de Aden, la capital del sur de Yemen.

La operación, «Tempestad Decisiva», arrancó en la madrugada de ayer con bombardeos saudíes contra posiciones de los huthies en la periferia de Aden, en Sanaa, capital del país en manos de las milicias desde setiembre pasado, y en su feudo del norte del país.

Arabia Saudí ha movilizado 150.00 soldados y 100 aviones de combate. El resto de satrapías del Golfo, además de Qatar, aportan sus propios cazas. Ryad anunció asimismo la participación de Jordania, Sudán, Pakistán, Marruecos y Egipto, cuyo Gobierno golpista, totalmente supeditado al dinero saudí, envió cuatro buques de guerra al Canal de Suez «para asegurar el Golfo de Aden».

Los bombardeos en Sanaa dejaron un saldo provisional de 14 civiles muertos. Cientos de personas huían por temor a nuevos ataques. La agencia saudí Spa incluyó entre sus objetivos el palacio presidencial, el aeropuerto – destruyó baterías antimisiles SAM y 4 aviones de combate–, la sede de operaciones de la Fuerza Aérea y el cuartel Rima Hamid, este último bastión del expresidente Saleh.

Inutilizada la fuerza aérea del Ejército, que mayoritariamente seguía obedeciendo a este último, derrocado hace cuatro años, la coalición militar suní bombardeó la base militar de Al Anad, la más importante del sur del Yemen y que hasta hace días servía de base al Ejército de EEUU para su campaña de drones contra Al Qaeda.

Tanto esta base como el aeropuerto de Aden fueron tomadas por los huthíes y sus aliados el miércoles. Ayer cambiaron las tornas y el aeropuerto fue recuperado por las fuerzas leales al presidente Abd Rabbo Mansur Hadi, quien en febrero huyó tras el golpe de Estado huthi y se refugió en Aden. Los combates se saldaron con decenas de muertos, la mayoría huthíes.

Miles de personas se manifestaron en la ciudad de Taiz, en el suroeste de Yemen, en favor de los bombardeos y fueron reprimidas a tiros por la milicia huthi y policías pro-Saleh, con un saldo provisional de 18 heridos.

Hasta el corazón de los huthíes

La aviación saudí llevó sus ataques aéreos hasta la provincia de Saada, el bastión norteño de la minoría zaidí (30%), de la que provienen los huthíes.

El movimiento hutí Ansarullah pidió a sus tropas en Saada que no abandonen sus posiciones y anunció un contraataque terrestre en suelo saudí. Llamó a la yihad y sacó a decenas de miles de partidarios en Sanaa, que gritaron consignas contra los saud, EEUU e Israel.

El secretario general de la Liga Árabe, Nabil al Arabi, que anunció la creación de una «fuerza militar unificada», mostró su apoyo a los ataques en vísperas de la cumbre de Sharm al Sheij. Lo mismo hizo Turquía. EEUU anunció su apoyo logístico.

Irán, aliado de los huthíes. condenó una «deriva peligrosa» que a su juicio beneficiará a los yihadistas y acusó a EEUU de patrocinar otra guerra en la región Siria, Irak e Hizbullah (Líbano) rechazaron tajantes la intervención militar suní.