Maider IANTZI
KORRIKA 19

UN SOPLO A FAVOR DEL EUSKARA RECORRE LA RIBERA NAVARRA

EL PASO DE KORRIKA POR LAS LLANURAS DE LA RIBERA RECUERDA A LA TRAVESÍA DE LA VÍSPERA POR ARABA. NO SOLO POR EL PAISAJE, TAMBIÉN POR EL ESFUERZO QUE HACEN LOS «EUSKAHALDUNES», LOS QUE HAN APRENDIDO EL IDIOMA, Y LOS QUE NO HAN PODIDO PERO LO AMAN.

Ya queda poco para llegar a la meta y la carrera continúa dejando en cada kilómetro, casi en cada paso, algo que contar. Por ejemplo, por la noche, al entrar en Nafarroa desde Araba, en Mendabia, ha tomado el testigo un «euskahaldun» que cumple años al día siguiente. Ha levantado la preciada «makila» justo a las 23.57 y, nada más avisarles a los compañeros de la furgoneta, ha comenzado una fiesta inolvidable. La intimidad de la madrugada, en algunos momentos con solo un corredor, da lugar a detalles de este tipo.

El octavo día de Korrika ha traído, por fin, la primavera y correr bajo el sol por los llanos paisajes de la Ribera, bordeando ríos que están a rebosar, es también una fiesta. Los rayos de sol animan los cuerpos y la marcha transcurre entre bailes, saltos, juegos y risas. Las lágrimas se asoman a los ojos al ver cómo se vuelcan los vecinos, por ejemplo una cuadrilla de Castejón que ha cogido el kilómetro en Ribaforada ya que la carrera no pasa esta vez por su pueblo.

En Ribaforada ha tomado el testigo Errigora con su lema “Nafar hegoaldeko uzta euskarari puzka”. Este proyecto ciudadano tiene como base Euskal Herria y el trabajo en común. Su eje es el sur de Nafarroa y quiere influir en la «zona donde el euskara no es oficial». Para ello, promociona sus productos naturales en Euskal Herria, desde el euskara, para el euskara y en euskara. Los corredores de este kilómetro, jóvenes productores y miembros de Errigora, han dado otro soplo a nuestro idioma.

Imanol, un joven productor, el relevo de la bodega de su familia Mendiko, en Oibar, defiende los productos y el idioma de aquí, dos luchas en una. «Aún queda mucho por hacer, pero estamos trabajando y, mirando al futuro, es un proyecto que tiene mucha proyección», declara mientras se estira.

Sasoia y Argia

Entre Ablitas y Cascante han comprado su kilómetro unos 60 jubilados de Sasoia. Esta asociación de Iruñea participa en Korrika en todas las ediciones. Esta vez, ha corrido en Urepele, luego en Burlata, ayer en Ablitas y hoy, tal vez, en Aezkoa.

Un escalofrío recorre el cuerpo al atravesar de lado a lado estos pueblos e inyectar en su mismo corazón un gran chute de energía y fuerza, algo necesario teniendo en cuenta que en estos lugares es muy difícil vivir en euskara. Sofía e Irati, alumnas de la ikastola Argia de Tutera, comentan que en su ciudad «no se admite el euskara». «Te miran mal si lo hablas», lamentan. No es su lengua materna y solo lo hablan en la ikastola. «Nuestras familias no lo hablan y todos los amigos tampoco. Para nosotras, el euskara es un esfuerzo que únicamente podemos hacer unos pocos, ya que la ikastola es privada y no está al alcance de todos». Por ello, reivindican una escuela pública en euskara. Estas jóvenes están muy nerviosas e ilusionadas, ya que van a llevar el testigo en nombre de la ikastola, con el apoyo de Sasoia, que ha venido a animar desde Ablitas. Se escucha la música, ya viene, y cada uno toma su posición. Sofía e Irati se colocan a la cabeza. Y cuando el tropel, formado por numerosas personas de todas las edades, cruza la calle gritando al unísono «Tuteran ere euskararen alde!», con toda la gente aplaudiendo y animando, se escucha, y se siente, el silvido del viento en favor del euskara.