GARA
SANA’A

La coalición liderada por Arabia Saudí bombardea la capital yemení

El personal de la ONU, incluido el enviado especial Yamal Benomar y otras 300 personas, fue evacuado ayer de la capital yemení, Sana’a, en el tercer día de bombardeos de la coalición liderada por Arabia Saudí contra la milicia chiita que ocupa la ciudad, mientras el presidente yemení urgía a sus aliados árabes a seguir atacando a los rebeldes.

Antes del inicio el jueves de la campaña aérea que han denominado Tormenta Firme, que implica a nueve países árabes, la Marina saudí evacuó a decenas de diplomáticos de Adén (sur), la segunda ciudad yemení y bastión del presidente Hadi.

La monarquía sunita saudí, cuyo país comparte una larga frontera con Yemen, está al mando de la intervención árabe que quiere frenar la ofensiva hutí. El rey saudí, Salman Ben Abdel Aziz, dijo ayer desde la cumbre panárabe en Sharm El Sheij que «la operación continuará hasta cumplir con sus objetivos: que los yemeníes vuelvan a gozar de seguridad».

Hadi huyó de Sana’a poco después de que los hutíes se hicieran con el control de la capital, para refugiarse primero en Adén y luego en Arabia Saudí, donde permanecerá por un tiempo indeterminado, explicó en la cumbre el ministro de Exteriores yemení, Ryad Yasin. «La situación debe primero estabilizarse», respondió Yasin a la pregunta de si regresará a Adén.

Depósito de armas

Lo cierto es que Adén se precipita hacia el caos más absoluto. En medio del descontrol generalizado, tras tres días de bombardeos, una cadena de explosiones sacudió ayer la ciudad durante el saqueo de un depósito de armas que causó decenas de muertos y heridos.

Testigos explicaron que las detonaciones tuvieron lugar en los arsenales de misiles y municiones del Ejército en la zona de Yabal Hedid, en el centro de la ciudad, lugar del que se elevaron llamaradas. Cientos de personas llegadas en vehículos y a pie se hallaban dentro del depósito y sus alrededores cuando se produjeron las explosiones. Otros cuarteles militares de Adén también han sido saqueados, después de que los soldados huyeran del lugar.

En un intento de restaurar la seguridad, una brigada militar que se unió ayer a las fuerzas del presidente Hadi comenzó a desplegar sus tanques en diversas áreas de Adén. Las milicias tribales también empezaron a efectuar labores de seguridad y control del tráfico en las avenidas de la ciudad.

Es tal la peligrosidad de la situación que en la noche del viernes la Marina saudí evacuó a 86 diplomáticos saudíes y extranjeros de Adén, y los trasladó a la ciudad costera saudí de Yeda en dos barcos.

428 presos a la calle

Las evacuaciones se producen en el marco de los ataques aéreos. El propio aeropuerto de Sana’a ha sido blanco de los bombardeos y las autoridades han tenido que reparar tres socavones producidos por estos ataques en una pista.

El portavoz de la coalición militar árabe que opera en Yemen, el general Ahmed al Asiri, dijo que el movimiento chií ya no posee prácticamente aviones ni centros de comunicaciones. En su rueda de prensa diaria, el militar destacó «el éxito» de las operaciones militares en su primeros tres días y apuntó que las capacidades militares de los hutíes «se debilitan día a día».

La situación también se ha deteriorado en el feudo de los chiíes de Saada, en el noroeste del país, donde 428 presos huyeron ayer de una cárcel en medio de la confusión creada tras ser el edificio bombardeado por la coalición militar árabe. El bombardeo, en el que murieron un guardia de la prisión y un preso, destruyó la entrada y otras zonas de la cárcel, en la que cumplen pena personas condenadas por «asesinato y narcotráfico», entre otros delitos.

La Liga Árabe, hacia una fuerza conjunta

Los jefes de Estado árabes defendieron ayer formar una fuerza militar conjunta. En sus alocuciones durante la cumbre que arrancó ayer en la ciudad egipcia de Sharm al Sheij, los dirigentes de Arabia Saudí, Egipto y Kuwait instaron a desplegar «esfuerzos conjuntos» y a actuar rápido ante las «amenazas regionales», entre las que citaron «el terrorismo y la injerencia iraní» en países como Yemen, donde Teherán está acusada de apoyar al grupo chií de los hutíes. Para ello, los gobernantes defendieron el borrador de resolución aprobado el jueves por sus ministros de Exteriores, que está previsto que se adopte en esta cumbre. El presidente golpista egipcio, Abdelfatah al Sissi, aseguró que la nueva fuerza «no está dirigida contra ningún país y no pretende injerir en los Estados, sino respetar su soberanía y defender los intereses árabes». Si se aprueba la resolución, los jefes de Estado Mayor de los países que la acepten se reunirán en el plazo de un mes para analizar la creación de la nueva fuerza militar. GARA