Aritz Intxusta
Periodista
IKUSMIRA

Las cabezas rodantes y el champán con corcho

Renovación. Esta parece ser la nueva palabra fetiche en UPN a las puertas de la campaña. Pareciera que el partido, al igual que un árbol en otoño, se desprende de su follaje marchito para reverdecer con nuevos candidatos. Más jóvenes o más guapos, pero ante todo, menos conocidos. Para que no huelan. Cuanta más gente te quites de encima, mejor. Si el árbol se queda en un palo, campeón.

Renovación es el sinónimo pusilánime de purga. A UPN lo han tenido que purgar y parece que no nos damos ni cuenta. Y por eso tenemos el champán aún con el corcho puesto. Rodó primero la cabeza de Barcina, cuando se echó atrás de repente. La remataron sus «compañeros», cuyo comportamiento fue vil y carroñero (igual en casa serán majos, pero en lo político, cuervos). Perdió también su testa Polo, que se embaló rodando junto con la de Santamaría. Adiós también al «cielo» de Iribas. Y tras de Sanz va la Policía... ¡por fin!

Renovación en UPN, disfraz burdo de la victoria social que supone que los navarros les reconozcan como lo que son, esperpentos. Y duele que el disfraz esté colando, que ahora parezca que UPN se renueva como si fuera algo estacionario, otoñal, cuando en realidad es la cosecha de años de trabajo –bien duro– de socavar a los caciques.

Renovación venden y se queda al frente el pantanero, el del Navarra Arena, el director de Deportes cuando Osasuna... Un candidato para salir del apuro ante la granizada de cabezas. Y aun así, seguimos mohínos, tan hechos a perder que no distinguimos las señales de que podemos ganar.