Contundente. Joxean Muñoz convocó ayer a los medios de comunicación en Donostia para hacer pública la lectura del Ejecutivo de Gasteiz sobre la polémica suscitada en torno a la adjudicación a Kontseilua de la organización de una cumbre europea sobre la diversidad lingüística. Y el alcalde de Donostia, Juan Karlos Izagirre, se convirtió en objetivo de la mayor parte de sus críticas.

«La capitalidad es una apuesta importante y la apoyamos firmemente», dijo Muñoz, sobre todo por las «claves» que defiende el proyecto: «sentirnos parte de Europa, la convivencia entre diferentes y la diversidad lingüística». Una situación «especialmente delicada» y un terreno en el que «las cosas se están haciendo muy mal».

A su juicio, Izagirre «se ha saltado todos los procedimientos» y «no ha mostrado ninguna preocupación por la falta de acuerdo» entre las instituciones que forman el patronato de 2016. Ha detallado que el Ejecutivo de Lakua tuvo conocimiento del proyecto lingüístico en 2013 y que en un primer momento se mostraron de acuerdo, aunque solicitaron fuera negociado teniendo en cuenta las políticas lingüísticas que maneja el Gobierno autonómico.

Asimismo, ha hecho referencia a «cosas raras» que han tenido lugar en los últimos meses, como la dimisión de Itziar Nogueras y la cesión de Xabi Paya como director provisional quince días antes de la llegada de Pablo Berástegui. «Cuando llegó a Donostia para iniciar su trabajo en el cargo ya tenía encima de la mesa el proyecto pactado con Kontseilua», afirmó.

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No solo las formas de proceder han sido objeto de crítica por parte del viceconsejero de Cultura. También el contenido del proyecto que este martes presentaban Kontseilua y Donostia 2016 de forma pública. A su juicio, «la revitalización de las lenguas no se logra sin la colaboración de las instituciones públicas», por lo que ve necesario aunar fuerzas entre instituciones y organizaciones sociales. «Sin esa argamasa se sabe que ningún proyecto cultural puede salir adelante», enfatizó. «Es doloroso trabajar cada uno por su lado en lugar de hacerlo conjuntamente», y añadió: «Dar la espalda al Gobierno Vasco es perjudicial para el euskara; el euskara es de todos y no de una organización».

Muñóz mostró su incomprensión ante la organización de la cumbre por parte de Kontseilua, y no de otro órgano con experiencia en el asunto. «¿Por qué Kontseilua y no Euskaltzaindia? ¿O Eusko Ikaskuntza? ¿O las universidades?», se preguntó.

Además hizo hincapié en que el Gobierno de Lakua ya está trabajando sobre los mismos términos planteados en la propuesta de Lakua. «¿A qué viene no darse por enterados cuando ya estamos trabajando en ello?», volvió a preguntarse, para insistir en su «perplejidad».

Izagirre insta a respetar las mayorías y pide a Lakua que «aporte en positivo»

El alcalde de Donostia, Juan Karlos Izagirre, reaccionaba ayer por la tarde a través de una nota de prensa a las declaraciones críticas realizadas horas antes por Joxean Muñoz, a quien solicitó que aporte «en positivo» al proyecto de la capitalidad «en lugar de perjudicar la celebración de la cumbre de Kontseilua y al ámbito euskaltzale y al euskara y, en definitiva, la imagen de todo el proyecto».

Considera que el apoyo del Ejecutivo autonómico a la demanda presentada por Madrid «no es positivo para nadie, porque perjudica a Donostia 2016, a su oficina, a la mayoría del Patronato y en este caso también a Kontseilua y a todas las entidades que representa».

Ante las acusaciones de «imposición» por parte de Muñoz, Izagirre ha invitado al Ejecutivo a aceptar «las mayorías democráticas del Patronato», las mismas que han aprobado casi todas las cuestiones con amplios consensos». «Se han seguido los procedimientos, se ha hecho como se tenía que hacer, tal como lo dice el secretario jurídico de Donostia 2016. Algo que el Gobierno Vasco sabe», añadía en la nota.

Por último, hizo un llamamiento a la unidad «por encima de las divisiones y de la utilización política de 2016» y emplazó a todas las instituciones a seguir juntos en el cambino marcado hacia Bruselas, «donde fuimos de la mano». GARA