Ramón SOLA

¿Caerán antes los muros más gruesos?

Igual solo es casualidad, pero resultará curioso comprobar que en un plazo de dos semanas los dos legislativos de Madrid y París abren sus puertas para abordar las consecuencias del conflicto. El 29 de mayo, en una sala del Congreso español se escuchará a víctimas de ETA y los GAL, como Axun Zabala, doblemente víctima en la condición de hermana de Joxi Zabala y de torturada. Y el 11 de junio, en otra sala de la Asamblea Nacional francesa se anuncia una conferencia de alto nivel. Un pequeño paso para esos dos elefantes, pero con tiempo y tino quizás un gran paso hacia la resolución.

Tres años y medio después de Aiete, trabado precisamente en ese punto segundo que apelaba a la implicación de Madrid y París, es obvio que los avances no se producen a la velocidad prevista ni deseada, pero también lo es que la fuerza subterránea de los hechos va haciendo temblar los muros más gruesos. El acto de París nunca habría ocurrido si todo el arco político de Ipar Euskal Herria no hubiera empujado (¿cómo decir no a una reivindicación asumida hasta por UMP y PS?) Y el de Madrid es consecuencia lógica de labores tenaces como la de Amaiur (¿qué sentido hubiera tenido hablar de estos temas en el hemiciclo y vetar a las víctimas en una sala?)

Ocurre esto cuando también Bruselas ha recibido a una delegación de Etxerat, que se reunió incluso con un miembro del PPE, y el Rey español ha sido interpelado allí por la situación en Euskal Herria. Y cuando, mirando ya aquí, el Parlamento navarro está escuchando a las víctimas policiales ninguneadas durante décadas.

Quien en Gasteiz mantiene parada una Ponencia de Paz debería mirárselo bien.