Mikel CHAMIZO
Elkarrizketa
CESIDIO NIñO
DIRECTOR ARTÍSTICO DE LA ABAO

«En estos tiempos apostamos por los títulos populares, la ópera contemporánea no es una opción»

Cesidio Niño es, desde principios de 2014, el nuevo director artístico de la Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera (ABAO), en sustitución de Jon Paul Laka, quien ocupó el cargo durante ocho temporadas. Antes de asumir este puesto de máxima responsabilidad, Niño había sido jefe de producción de la ABAO durante doce años y redactor de artículos especializados desde 1993.

La ABAO no ha finalizado aún su temporada: faltan por llegar un programa doble con “Cavalleria rusticana y Pagliacci”, que se estrena el sábado, y cuatro representanciones de “Otello”, de Verdi, en mayo. Pero la asociación bilbaina ha desvelado ya los títulos de la temporada 2015/16, reducidos de nuevo a cinco frente a los siete que eran norma general antes de la crisis económica. Cesidio Niño, director artístico desde el pasado año, justifica las razones de esta nueva programación de marcado sabor italiano.

Desde la pasada temporada es usted director artístico de la ABAO, tras haber sido su jefe de producción los últimos doce años. ¿El salto es muy grande o sigue viendo el trabajo desde la misma perspectiva?

Soy socio de la ABAO desde 1984, colaborador desde el 93 y en el 2002 asumí el puesto de jefe de producción. Es decir, conocía bien la dinámica de la casa en ámbitos diversos, así que la propuesta de hacerme cargo de la dirección artística fue algo que pude asumir con naturalidad. La producción y la dirección artística van de la mano, puesto que con los datos de uno trabaja el otro y viceversa.

Al haber sido escogido dentro de la casa, es de suponer que la suya será una línea continuísta con la tradición de la ABAO.

Sí, se mantendrán las mismas ideas. En mi caso lo que cambia es la época en la que me ha tocado asumir el cargo, tiempos de crisis económica que, aunque nos digan que repunta, nosotros no sentimos mejora alguna. Mi idea frente a este problema es dar a los socios lo que reclaman, titulos populares en vez de apuestas arriesgadas que nos dejen el auditorio medio vacío. Me encantaría programar óperas del siglo XX y se hará en el futuro, pero hasta que no vayamos saliendo de la crisis no es una opción.

¿Cómo creen saber lo que los socios de ABAO y, en general, los aficionados a la ópera de Bilbo y Euskal Herria desean ver?

El mejor baremo es la taquilla, y te voy a dar datos muy concretos: en noviembre de 2012 pusimos en escena “Krol Roger”, de Karol Szymanowski, una ópera del XX que se programa en muchos teatros de Europa, y nos quedamos con muchísimas entradas sin vender. Hubo socios que ni siquiera vinieron a las funciones y que pusieron sus entradas a disposicion de otros. No obstante, ese mismo año cerramos la temporada con “Nabucco”, de Verdi, y colgamos el cartel de completo. Con “Susannah” (2009), “Billy Budd” (2010) y “Die tote stadt” (2012) volvió a ocurrir lo mismo, porcentaje muy elevado de entradas se quedó en taquilla. Pero con las recientes “Turandot”, “Carmen” o “Madama Butterfly” el lleno ha sido completo. Somos consccientes de que algunos socios nos reclaman una programación más moderna, pero en el seno de ABAO estamos convencidos de que no es el momento. Ahora necesitamos títulos que llenen el teatro.

En cualquier caso, ¿cómo es posible que en la próxima temporada solo haya títulos italianos y del siglo XIX?

Yo no sé hasta qué punto se punto se puede decir que es una temporada completamente italiana, porque “Don Carlos”, aunque sea de Verdi, se podrá disfrutar en su versión original en francés, que sigue los cánones de la ópera francesa. En cualquier caso, tanto título italiano no ha sido algo buscado: “Don Carlos” se enmarca dentro del ciclo Tutto Verdi; “Roberto Devereux” la escogimos porque teníamos a los cantantes perfectos para ella y así finalizábamos la trilogía Tudor de Donizetti que iniciamos en 2003; “La Sonnambula” y “El Barbero de Sevilla” son los dos títulos que se harán en Opera Berri –la iniciativa que presenta a jóvenes y prometedores cantantes– y debían ser populares; y en cuanto a “Manon Lescaut”, ¡qué menos que hacer un Puccini de vez en cuando! Por último, el “Requiem”, de Verdi, nos encajaba también en el Tutto Verdi y teníamos el cuarteto vocal perfecto para ello. Si hubiésemos dispuesto de dos títulos más, como ocurría antes de los recortes, seguro que habríamos programado algo de Wagner y una ópera del siglo XX.

El proyecto Tutto Verdi, que pretende poner en escena todas las óperas de Verdi a lo largo de 15 temporadas, quizá tenía sentido cuando se planteó, en tiempos de bonanza económica. ¿Pero no les está hipotecando la programación en la actualidad?

Si te respondo como socio, yo te diría que yo sí quiero ver todas las óperas de Verdi, y no solo “Rigoletto”, “Nabucco”, “Il trovatore” o “La Traviata”, que no existirían si Verdi no hubiera escrito antes otras casi desconocidas como “Alzira”, “Jérusalem” o “I Masdanieri”. Como socio no me importa que ABAO haga algo como el Tutto Verdi, que comenzó en el 2006 y es algo único en el circuito lírico mundial. Pero como director artístico, no entiendo que hoy seamos vilipendiados por mantener el Tutto Verdi, cuando muchos socios en el pasado nos pedían que hiciéramos algo así. Al parecer se han cansado de tanto Verdi, pero la prueba de que no es nada desfasado es que esos títulos poco habituales se están representando cada vez más en los teatros europeos.

¿Estas rarezas consiguen atraer público extranjero a Bilbo?

Sin duda. Estamos cansados de oír que gente de Japón, Noruega o Suecia viene a ver el Guggenheim, pero casi nunca oímos que también vienen desde Japón, Noruega o Holanda a ver ópera a la ABAO. Es algo que está ocurriendo: viajan a Bilbao por ver ópera y de paso se quedan a disfrutar de la ciudad. Para “Don Carlos”, por ejemplo, tenemos ya grupos reservados de Francia y Holanda. Del último “Werther” se vendieron 600 entradas a aficionados belgas y franceses. Cada vez hay más demanda de ese tipo de viajes y los touroperadores nos están llamando para anunciar nuestra programación en sus revistas. Esta es la razón de que hayamos adelantado la presentación de la próxima temporada.

Una temporada que destacada claramente por las voces, con grandes cantantes como Kunde, Barcellona, Schrott, Meade o Mosuc. ¿Cómo consiguen que estas estrellas vuelvan una y otra vez a Bilbo?

Además de que Bilbao es una ciudad que ofrece muchos atractivos, saben que la ABAO es un buen espacio para venir a cantar, con público agradecido y que realmente entiende de ópera. Hay que aprovechar que estos cantantes están ahora en su máximo esplendor y para eso hay que firmar contratos con la suficiente antelación, si no, no podríamos contar con ellos, porque los quieren en todos los teatros del mundo.

En cuanto a las producciones, ¿qué se podrá ver la próxima temporada?

Serán producciones muy fieles al libreto de las óperas, dinámicas y de corte clásico, yo me atrevería a decir que muy del gusto del público bilbaino. Son propuestas teatrales que se han representando en Sevilla, Oviedo, Suiza o Alemania, y que en general han gustado mucho. Van firmadas por Giancarlo del Monaco, Pier Luigi Pizzi, Mario Pontiggia, Stephen Medcalf y Emilio Sagi.

¿Qué se puede hacer contra la bajada de abonados? ¿Cuántos socios tiene ahora mismo la ABAO?

En la actualidad son, aproximadamente, cinco mil. Hubo una merma de socios importante hasta el año pasado, pero curiosamente ese punto se ha quedado estancado e incluso parece que estemos empezando a remontar un poco. Afortunadamente, esa bajada de socios se ha podido compensar con el incremento de la venta en taquilla.

¿Han bajado también los abonados de fuera Bilbo?

No en forma significativa. Siguen llegándonos los autobuses de Donostia, de Gasteiz y de Iruñea. En todos estos sitios tenemos socios y también en Santander, Logroño o Zaragoza, incluso algunos de Sevilla, Las Palmas, Madrid y del sur de Francia. Por eso insisto en que una ABAO en buena forma repercute positivamente en la economía de Bilbao y de Euskal Herria: todos estos visitantes no solo vienen a la ópera, sino que duermen, comen y consumen en la ciudad.

«Mientras no tengamos las subvenciones adecuadas para hacer frente a otro título no nos arriesgaremos»

¿Qué perspectiva hay de que la ABAO pueda volver a programar los siete títulos que ofrecía hasta hace dos años, recortados en la actualidad a cinco por motivos presupuestarios?

La perspectiva económica ahora mismo es la de mantenernos en las cinco óperas. Mientras no tengamos las subvenciones adecuadas para hacer frente a un sexto o séptimo título no nos arriesgaremos. En el caso de que pudiésemos ampliar el número, eso implicaría obviamente diversificar la programación. En las próximas temporadas habrá títulos de Mozart y Wagner, pero está en nuestro ánimo, si las cosas van bien, recuperar la ópera “contemporánea”: nos encantaría hacer “Die Frau ohne Schatten”, de Strauss, que nunca se han visto en ABAO, o “Elektra”, o “Katia Kabanova”. Pero no es solo cuestión de voluntad, se trata de óperas muy complejas que requieren un gran número de ensayos, y no siempre tenemos la disponibilidad del Euskalduna para ello. La ABAO hace todo lo que puede con los recursos de que dispone, pero tampoco podemos hacer milagros.