Mikel INSAUSTI
CRÍTICA «Lost River»

Ryan Gosling no se conforma con ser actor y la pifia

En Cannes la ópera prima del actor Ryan Gosling al otro lado de la cámara fue muy mal recibida, lo que ha provocado la reacción de sus fans en las redes sociales, intentado defender lo indefendible. Y, en contra de lo que creen, no le están haciendo ningún bien a su ídolo. Lo digo, porque Gosling ha llegado a anunciar su retirada de la interpretación, a fin de dedicarse única y exclusivamente a la autoría cinematográfica. De ser así, el mundo va a perder a un actor consagrado para que darse a cambio con un guionista y realizador de dudoso futuro.

Al menos, a juzgar por el inicial paso en falso que ha dado con “Lost River”, una película en la que de partida parece que quiere contar algo muy suyo e intransferible, remontándose a los sueños de su niñez. Pero a la hora de materializarlo carece de estilo personal, copiando a diestro y siniestro a una interminable galería de cineastas. Es imposible resumir el listado en este espacio, pero repasaremos los plagios autorales más evidentes que se van sucediendo en apenas hora y media.

Él mismo ha reconocido que ha querido inspirarse en el danés Nicolas Winding Refn, y más en concreto en “Drive”. Aunque no se conforma con poner en práctica lo aprendido interpretativamente a sus ordenes, y trata de dejarse poseer por su creatividad para utilizarla como contenedor en el que volcar lo bebido de otras fuentes. Como la reconocida en los títulos de crédito, dando las gracias a Guillermo del Toro, de quien toma prestado un sentido del diseño fantástico basado en el lado oscuro, perverso e incluso gore de los cuentos de hadas. Y a eso le añade toques surrealistas de David Lynch, además de una fotografía muy de las películas de Terrence Malick en la parte luminosa, así como de las de Dario Argento y de las de Harmony Korine en la nocturna. También hay muchas cosas del Léos Carax de “Holy Motors” y del Benh Zeitlin de “Las bestias del sur salvaje”.