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conflicto en la peninsula arábiga

Arabia Saudí anuncia el fin de su operación militar en Yemen

Arabia Saudí anunció anoche el fin de su operación en Yemen al considerar alcanzado su objetivo de eliminar el potencial militar de los rebeldes hutíes y frenar la amenaza a la seguridad regional, aunque mantiene el bloqueo naval. Poco antes Riad había ordenado la movilización de la fuerza terrestre de la Guardia Nacional.

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Unas horas después de que Irán expresara su confianza en que los bombardeos que la coalición árabe liderada por Arabia Saudí realiza en Yemen cesaran en «cuestión de horas» y que en «un breve plazo» las partes enfrentadas se sentaran en la mesa de negociaciones, Riad anunció el fin a sus operaciones aéreas al considerar que ya ha alcanzado su objetivo de eliminar el potencial militar de los hutíes y frenar la amenaza a la seguridad regional. Los bombardeos habían abierto grietas en las fuerzas aliadas a los hutíes.
La inesperada decisión se produjo a petición del presidente yemení, Abdo Rabu Mansur Hadi, dijo el portavoz de la coalición, Ahmed al-Asiri, que reiteró que los ataques comenzaron el 26 de marzo también tras una llamada de socorro de Sana’a.
Al-Asiri explicó que «Tormenta de Firmeza», como se había bautizado a la operación militar en Yemen, ha cumplido sus tres objetivos: defender la legitimidad en Yemen; detener el avance de los hutíes y destruir su potencial militar e impedir las amenazas a la seguridad de los países vecinos y de la región.
Agregó que hoy comienza lo que llamó operación «Devolución de la Esperanza», centrada en la reconstrucción del país, la seguridad interna, la lucha «antiterrorista» y la supervisión del proceso político que seguirá al conflicto armado.
No obstante, las fuerzas árabes no se retirarán totalmente de Yemen, puesto que seguirá habiendo «operaciones militares» contra los hutíes «mientras los países de la coalición lo consideren necesario», aunque estarán dirigidas solo contra posiciones de los rebeldes, explicó.
Asimismo, se mantendrá el bloqueo marítimo para «supervisar las islas y aguas yemeníes y evitar el contrabando y suministro de armas» a las milicias hutíes y a las leales al expresidente Ali Abdallah Saleh.
En este terreno, también actúa EEUU, que ayer envió el portaaviones Roosevelt, que se unirá a otros buques de guerra, para vigilar un convoy de nueve barcos iraníes y «asegurar el tráfico marítimo en el estratégico paso entre el golfo de Adén y el mar Rojo», justificó Washington. Para los hutíes es un intento de «reforzar el asedio».
Las fuerzas de la coalición también «seguirán apoyando las operaciones humanitarias» de las organizaciones militares, dijo el portavoz saudí, quien sostuvo que «no dejarán de proteger a los civiles yemeníes».
Al-Asiri advirtió también de que las fuerzas terrestres saudíes seguirán protegiendo la frontera común.
Precisamente el anuncio saudí se produjo poco después de que su rey, Salman bin Abdelaziz, ordenase a la fuerza terrestre de la Guardia Nacional, la mejor preparada del reino, participar en las operaciones militares. Las tropas terrestres están «totalmente formadas y preparadas para apoyar la misión de la coalición árabe, que tiene el objetivo de devolver la estabilidad y seguridad» a Yemen, advirtió el ministro de la Guardia Nacional, Mutib bin Abdallah.

La OMS cifra en 944 el número de muertos 

El anuncio de Arabia Saudí se produjo el mismo día en que bombardeos aéreos de la coalición árabe mataban al menos a 40 personas, la mayoría de ellas civiles, en dos ataques en el centro y el sur de Yemen, al tiempo que se conocía que el balance de víctimas mortales de las explosiones que siguieron al bombardeo el lunes de una base de misiles en Sana’a ascendía a 38 civiles  mientras que los heridos superaban el medio centenar.
 Uno de los ataques de ayer golpeó la provincia de Ibb, en el centro, donde fue alcanzado un puente y varios vehículos con supuestos rebeldes hutíes a bordo, y en el que murieron al menos veinte personas. El segundo bombardeo tuvo lugar en la ciudad de Haradh, cerca de la frontera con Arabia Saudí, y afectó a un edificio de seguridad, matando a trece civiles y siete soldados.
La Organización Mundial de la Salud señaló ayer que el conflicto ha causado la muerte de 944 personas y heridas a cerca de 3.500, y advirtió del «colapso inminente» de los servicios sanitarios en el país. Este balance eleva en dos centenares los muertos de su último informe, difundido el viernes.
Estas estadísticas distan de las que ofreció el 13 de abril el Ejército yemení, leal a los rebeldes hutíes, que cifró en 2.571 los civiles muertos y en 3.897 los heridos.GARA