Raimundo Fitero
DE REOJO

Tensión

Como todo es una conspiración, uno se pregunta, ¿qué contendrían las supuestas cintas de vídeo que buscaban los que entraron hace unos años en el chalet de José Luis Moreno y le dieron una paliza? Porque ¿existe alguien en el negocio que crea que un producto tan trasnochado, fuera de época como “La alfombra roja” podía tener una audiencia suficiente para compensar el gasto de producción que representaba cada entrega? La primera estatal la ha retirado, pero tras darle el beneficio empresarial de cuatro entregas, y conociendo las maneras del productor Moreno, seguro que se ha llevado un buen tajo del presupuesto del ente. A cambio de unas audiencias nefastas, bajas, risibles, insoportables en cualquier consejo de administración. De la primera a la última entrega, que es lo excepcional.

Porque hoy en el negocio se sabe que se puede empezar por ser una novedad y una buena promoción con buenas audiencias y en dos o tres entregas caer. Le ha pasado a Resines y compañía con “Aquí paz y después gloria”, su serie de curas tan vetusta en sus planteamientos y guiones, ya quitada de la parrilla por Mediaset. Le puede pasar a Pepa Bueno, que en su vuelta a la televisión con programa propio, paseando el sofá Chester heredado de Risto Mejide, que arrancó bien, con Felipe González, y a la segunda entrega cayó a unos porcentajes de dudosa viabilidad si no se enmiendan.

Estamos asistiendo a una buena racha de estrenos exitosos de series, la última, “Vis a vis”, con muy buena factura que a base de violencia, ambiente carcelario en módulo de mujeres con mucha tensión sexual, reparto adecuado y una trama bien narrada y con aromas de thriller, pudo superar por unos miles de espectadores a la competencia, lo que aventura una dura tensión los lunes entre las series del duopolio.