Arantxa MANTEROLA

GIGANTES COMERCIALES QUE SE PELEAN EL MISMO TERRITORIO

Un estudio de la Cámara de Comercio e Industria de Baiona auguraba una «situación catastrófica» si no se frenaba la política de expansión de los grandes centros comerciales. Los proyectos en curso demuestran que sus recomendaciones han caído en saco roto.

Mucho se ha hablado de la «burbuja inmobiliaria» pero también está la «burbuja comercial». Es el caso de la periferia de Baiona, que es la zona con más densidad comercial de todo el Estado francés. Los grandes centros comerciales no cejan en su «ciega política de expansión», como la definió el propio presidente de la Cámara de Comercio e Industria (CCI) de Baiona, André Garreta.

Prueba de ello es la importante ampliación que acaba de abordar el centro comercial BAB2, creado hace treinta y tres años en la aglomeración bayonesa. Va a agrandar sus instalaciones en otros 10.000 m2 y tendrá 35 comercios más y un nuevo parking cubierto de varias plantas para 680 vehículos. Con lo cual, cuando finalicen las obras hacia mediados de 2017, contará con 120 tiendas y 3.060 plazas de aparcamiento en una superficie de 52.000 m2.

A pocos kilómetros, al este de Baiona, en el barrio Ametzondo, emerge ya el centro Ikea que abrirá sus puertas en agosto. El centro comercial no se limitará al establecimiento de venta de muebles de la multinacional sueca sino que constará de una galería comercial con cerca de 80 tiendas y boutiques, 12 superficies comerciales medianas, varios restaurantes y un hipermercado Carrefour. La superficie comercial superará los 57.000 m2. El de Baiona será, además, el primer centro Ikea en el que el conjunto de los comercios estará integrado en el mismo edificio de dos plantas, con lo que los consumidores no tendrán ni que salir al exterior para acceder a ellos.

Si a esto se añade la próxima construcción del polo comercial Les Allées Shopping de Bayonne (80.000 m2 de superficie comercial) situado en Ondres, al sur de las Landas, a cinco minutos de Baiona, cuyas obras empezarán a finales de año y otros proyectos de ampliaciones en curso o en preparación (Leclerc de Angelu y de Baiona, en la zona de la Halle d'Iraty de Biarritz…), la pregunta es evidente: ¿De dónde va a salir la clientela suficiente para que todos ellos sean viables?

Potencial demográfico

Ikea prevé 8 millones de visitantes al año, Allées Shopping 9 millones, BAB2 tiene por objetivo aumentar sustancialmente los 6 millones que recibe actualmente… El estudio realizado por IVC (Instituto para la Ciudad y el Comercio) por encargo de la CCI a finales de 2012 analizó el peso demográfico de la aglomeración bayonesa, el de su entorno, el de su zona de influencia y las previsiones de incremento de habitantes.

En el mejor de los casos, el área potencial de consumo alcanzaría 350.000 habitantes, con lo cual calculaba que les faltarían unos 150.000 más para rentabilizar sus inversiones. ¿O no? Y es que los promotores ya no basan su rentabilidad en el éxito comercial sino en la especulación de los espacios comerciales. Por eso siguen impulsando estos macroproyectos.

Alquilan los locales a grandes cadenas o pequeños comerciantes para financiar la infraestructura y las grandes distribuidoras presionan a los proveedores con el número de establecimientos de los que disponen para fijar sus precios. Con este sistema sus beneficios no se sitúan tanto en lo que puedan aportar los consumidores sino en el principio de la cadena de distribución.

Sea como fuere, la densidad comercial que se está instaurando en el área labortana es la más alta del Estado, según demostró el informe de los expertos, que añadió que correspondería a «aglomeraciones como Estrasburgo o Rennes, que cuentan con medio millón de habitantes».

André Garreta ha insistido más de una vez en este sinsentido apelando a los responsables de la administración urbanística tanto del Estado como de los municipios de los peligros de esas políticas. Por el momento, no parece que sus predicados hayan tenido efecto. Las instituciones municipales y supramunicipales están muy lejos de atender a las recomendaciones de una planificación del urbanismo comercial equilibrada, coherente y sostenible.

Priorizan la instalación o la extensión de los macroespacios comerciales en su territorio porque están convencidos de que son un aporte de riqueza. Además, la promesa de creación de nuevos empleos es un plus a la hora de dar el visto bueno urbanístico. BAB2 promete 300 nuevos puestos de trabajo, Ikea habla de 1.100 en el conjunto del centro (300 en el almacén de muebles) y les Allées Shopping anuncia 1.500 cuando las dos fases del proyecto estén terminadas.

El papel aguanta bien tanta perspectiva optimista, pero la cuestión es que la vaca no da para tanto, por lo menos en la aglomeración de Baiona y de su periferia. El tiempo dirá si la «catástrofe» anunciada por la CCI se materializa, pero tiene todos los visos de no tratarse de una «boutade».