El candidato de EH Bildu a la Presidencia del Gobierno Navarro, Adolfo Araiz, y los aspirantes de la coalición a diputados generales de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, Kike Fernández de Pinedo, Xabier Olano y Josu Unanue, respectivamente, compartieron mesa ayer en un desayuno informativo organizado por Fórum Europa-Tribuna Euskadi.

Fernández de Pinedo, el primero en intervenir, empezó fijando la forma de gobernar de EH Bildu y resaltó tres marcas de la coalición soberanista: «honradez, transparencia y participación. Añadió que quienes están en frente no son «alternativa», porque ni siquiera discursos «clasistas, xenófobos y racistas» se corresponden con la Araba multicolor que prefiere la ilusión al enfrentamiento. Recordó, no obstante, que el PP ha gobernado en Araba porque «el PNV se lo ha permitido» y puso como ejemplo los apoyos presupuestarios o que ambos partidos se hayan «copiado» hasta el lema: «crecer».

Indicó que EH Bildu ya ha definido 81 medidas en 16 áreas de trabajo en Araba y planteó propuestas concretas como Arabatrans, un tren social que daría servicio a 10.000 personas al día, o la creación en Foronda de un centro de formación práctica y mantenimiento de aeronaves, y otro proyecto para el diseño y fabricación de drones. Tras recordar que «ya gobernamos en 12 municipios de Araba», dijo que insultos como «morralla» no son sino «signo de nerviosismo ante un cambio de ciclo que llama a la puerta».

Xabier Olano echó la mirada cuatro años atrás para señalar que «la catástrofe que algunos auguraban y tal vez deseaban» en Gipuzkoa a la llegada de la coalición al Gobierno foral no solo no se produjo, sino que el herrialde presenta hoy los mejores indicadores económicos. Previamente había puesto de relieve que este es el herrialde «que mejor respeta los derechos e intereses de todas las personas», porque es también «donde mejor se reparte la riqueza, el trabajo y el bienestar social».

Por contra, Josu Unanue comentó que el modelo económico que el PNV puede exhibir en Bizkaia es el de las «grandes infraestructuras sin beneficio social». Y puso datos sobre la mesa, como que el endeudamiento en Bizkaia ha crecido de 700 a 2.200 millones en los últimos doce años o los 95.000 vizcainos en paro ante la promesa jelkide de crear 10.000 empleos.

El cambio que EH Bildu plantea en Nafarroa, según destacó Araiz, tampoco es un mero cambio de siglas, sino de «todo un entramado creado» para «marginar» a quien no comparte «la Navarra foral y española». Citando el ejemplo de lo sucedido con la CAN, refrescó que idea de «paraíso» navarro que vendieron UPN y PSN, y enumeró cinco pasos claves: el paso de UPN «a la bancada de las oposición», que todo se decida en Nafarroa sin imposiciones, levantar las alfombras en la Hacienda navarra, recuperar derechos ciudadanos y pluralidad, que el cambio sea producto del trabajo conjunto de todas las fuerzas políticas, «inclusivo» y «plural».

En el turno de preguntas no podía faltar la gestión de las basuras. La respuesta de Olano fue tan breve como contundente, señalando que «tal vez no se haya hecho bien» pero «con polémica o sin polémica, los logros son evidentes» con tasas de reciclaje que han pasado del 20% al 50%. Preguntado sobre un futuro puerta a puerta en Bizkaia, Unanue añadió que «hay cuestiones que hay que hablar con la ciudadanía», pero recordó que hay una directiva europea en vigor que sitúa la tasa de reciclaje en el 65% para el año 2020.

También hubo preguntas respecto a posibles alianzas postelectorales. Olano respondió que «todo indica que se están preparando», aunque confió en que incluso la suma de los tres (PNV, PSE y PP) no sea suficiente» para desbancar a EH Bildu del Gobierno foral en Gipuzkoa.