Alberto PRADILLA
Madrid
EN VÍSPERAS DEL INICIO DE LA CAMPAÑA ELECTORAL

MADRID, UN CULEBRÓN POLÍTICO QUE SE RESOLVERÁ EN LAS URNAS

Los últimos meses han sido de frenesí político en Madrid, reflejo acentuado del volátil panorama en el Estado español. A las graves consecuencias sociales de los recortes y privatizaciones del PP se suman pugnas internas y recolocaciones. Podemos es el último ejemplo.

Solo quedaban 100 días para la cita con las urnas y ninguno de los grandes partidos con opciones a obtener representación en el parlamento madrileño (PP, PSOE, Podemos, Ciudadanos e IU) tenía cabeza de lista. La excepción era UPyD, pero ante el fulgurante ascenso de Ciudadanos es muy probable que Ramón Marcos ni siquiera obtenga escaño. La falta de liderazgos claros y el baile de nombres es un ejemplo de cómo las semanas previas al inicio de campaña han sido especialmente intensas en la capital del Estado. Puede que tenga que ver con la particular forma de entender la política en Madrid, siempre crispada y con una enorme influencia en el resto del Estado. A esto se le añade que el territorio reúne todos los elementos que caracterizan la crisis española: una amplia lista de casos de corrupción, un PP en decadencia pero que se resiste a abandonar el poder, nuevas formaciones en auge y una década de recortes de servicios públicos que se enmarcan en una agenda privatizadora casi irreversible. En este contexto, las elecciones a la Comunidad de Madrid tienen una especial relevancia dentro del tablero español porque por primera vez desde 2003 Génova podría perder su gran feudo. Sin embargo, y a pesar de la urgencia social, han sido las pugnas intestinas, las escisiones y la elaboración de las candidaturas lo que ha capitalizado el debate público previo al 24M.

Ni el «dedazo» ni las primarias han sido garantía de estabilidad en un escenario muy inestable y que se mueve a una velocidad vertiginosa. Saber cómo ha llegado cada uno hasta aquí sirve para intentar entender un futuro imprevisible, que dependerá de pactos inéditos. El PP, por ejemplo, deshojó la margarita durante meses. Pese a que en Génova las disputas internas se llevan con mayor discrección (el poder suele ser buen pegamento para evitar grietas), no se pudo evitar que los medios aireasen desavenencias. Se resumen en la pelea entre Mariano Rajoy y los fieles a Esperanza Aguirre, que en 2012 dejó la presidencia de la Comunidad pero ha seguido al frente del partido en Madrid. Su sucesor no electo, Ignacio González, dejó bien claro que aspiraba a encabezar la plancha. Sin embargo, la idea no convencía a quien tiene la facultad de designar primeros espadas. Lastrado por escándalos como la «trama Gürtel» o la «operación Púnica» (con un peso pesado como Francisco Granados encarcelado por corrupción), el presidente español optó por la renovación. Dio portazo al actual jefe de Gobierno, estrecho colaborador de la siempre díscola Aguirre, y apostó por una figura con imagen de «verso suelto» pero que se ha ganado el respeto del votante conservador a golpe de mano dura contra los manifestantes: Cristina Cifuentes.

En el PSOE tampoco están para tocar campanas. Es la tónica desde aquellas fatídicas elecciones de 2003 en las que Rafael Simancas celebraba ya su presidencia hasta que el «tamayazo», la huida de dos diputados tránsfugas, obligó a repetir comicios e inauguró la época de la mayoría absoluta del PP. Desde entonces Tomás Gómez ha liderado una federación crítica con Ferraz, pero ineficaz a la hora de lograr poder institucional. De cara a estos comicios, Gómez se impuso en las primarias por incomparecencia del rival, que ni siquiera obtuvo los avales necesarios. Sin embargo, terminó siendo víctima de la necesidad de Pedro Sánchez de mostrar autoridad dentro del partido. En una confusa maniobra desarrollada en febrero, el nuevo secretario general disolvió la federación, impuso a una gestora y colocó al exmnistro Ángel Gabilondo como candidato. Pese al intento de insubordinación de Gómez, flanqueado por una veintena de militantes del PSM que se concentraron en Ferraz al grito de «¡no nos representan!», Sánchez hizo valer sus galones y ya no queda rastro del mandato de Gómez en Madrid. Ni siquiera en la sede, donde se cambió la cerradura para evitar que el antiguo secretario general se atrincherase. Paradójicamente, da la sensación de que el golpe de efecto ha tenido su resultado y las encuestas vaticinan ahora una recuperación del PSOE.

El esperpento de IU y la caida de UPyD

De entre todos los culebrones, el de IU, que salpica también a Podemos, es el más esperpéntico. Tania Sánchez se había impuesto en las primarias en medio de un fuerte enfrentamiento con la dirección del partido en Madrid. La pugna iba más allá de la candidatura y salpica también a la estructura federal, dividida sobre qué hacer ante el nuevo ciclo político y cómo ubicarse frente a Podemos. Sánchez abogaba por un entendimiento con el nuevo partido. No pudo ser. Desde dentro sufrió un boicot sistemático que le forzó en febrero abandonar las siglas en las que había militado desde joven. Con ella, concejales y cargos de IU saltaron a Convocatoria por Madrid, un intento de «convergencia» con Podemos que ha resultado a medias.

En el Ayuntamiento, no sin largos debates, concurren como Ahora Madrid, una lista que integra a diversas sensibilidades. Para la comunidad, sin embargo, la formación que lidera Pablo Iglesias se mostró inflexible: en su congreso fundacional, celebrado en octubre de 2014, se decidió concurrir con sus propias siglas. De este modo, solo se aceptarían a los críticos si se sumaban a las primarias de Podemos. Así ha sido y varios miembros del grupo de Sánchez estarán en la plancha que lidera José Manuel López.

IU, por su parte, sigue enfangada en sus luchas intestinas, con la dirección madrileña enrocada en el eslogan de «no liquidar la organización». Frente al auge de Podemos, el partido de Cayo Lara ha tirado de viejas glorias para rehacer su lista, ubicando como candidato al poeta Luis García Montero, que se arriesga a unos bajísimos resultados que podrían incluso no llegar al mínimo para entrar en el Parlamento.

En la ecuación también entra Ciudadanos, que según las encuestas dejará fuera a la menguante UPyD en una de sus plazas fuertes y completará ese sistema «cuatripartidista» que se impone en el Estado español. Las prospecciones dan por segura la victoria del PP y un baile entre los siguientes. En ese contexto, la lógica dice que Cifuentes podría apoyarse en el partido de Albert Rivera, cuyo programa económico tiene puntos copiados de las FAES de José María Aznar y que capitaliza el voto derechista descontento.

La entrada del partido naranja supone un jarro de agua fría para Podemos, que hubiese deseado un escenario de «gran coalición» entre PP y PSOE para frenar a una formación emergente. Pero no tanto como la crisis reflejada en la marcha de Juan Carlos Monedero. La volatilidad del momento impide hacer previsiones exactas. Sin embargo la urgencia es real. Las privatizaciones de hospitales y centros de salud, algunas de ellas paralizadas por la Justicia, el desmantelamiento de Telemadrid y su conversión en plataforma ultra o los escandalosos casos de corrupción son característicos de un mandato, el del PP, que apuesta por perpetuarse.

la penúltima gran batalla de aguirre para convertirse en alcaldesa de madrid

Dijo que se marcharía pero en realidad nunca lo hizo. Esperanza Aguirre dimitió en 2012 como presidenta de la Comunidad de Madrid. No obstante, siguió mandando en el partido, siempre dispuesta a desafiar a Mariano Rajoy. Las encuestas no parecían muy halagüeñas porque, al final, el inquilino de Moncloa terminó cediendo al ofrecimiento público de la «lideresa» y encomendándole mantener la Alcaldía de la capital. Es su penúltima batalla política, porque nunca se sabe cuál será su próxima aspiración. En caso de que las previsiones se cumplan (Madrid es una ciudad de sociología muy conservadora, donde gustan proclamas como la de expulsar a los «sin techo» de las calles) sustituirá a Ana Botella, alcadesa no electa y cuya imagen está por los suelos.

Quien puede plantarle batalla es también una veterana, aunque en este caso de las togas: Manuela Carmena, antigua magistrada y conocida en Euskal Herria por su labor en la comisión para la atención de víctimas de abusos policiales en la época entre 1960 y 1978. Una independiente que triunfó en las primarias de Ahora Madrid, la lista de «unidad popular» que engloba a Podemos, Equo, la disidencia de IU y movimientos sociales. Como en el caso de la Comunidad, la configuración de la plancha viene marcada por las negociaciones entre distintos sectores que buscaban una plataforma que imitase al Guanyem (ahora Barcelona en Comú) liderado por Ada Colau en Barcelona. El ganador de las primarias de IU, Mauricio Valiente, aparece como número tres y su antigua formación ha terminado recurriendo a Raquel López, que perdió las elecciones internas. En medio de una trifulca esperpéntica, López es candidata apoyada por IUCM pero no por la dirección federal.

La terna la completa Antonio Miguel Carmona (PSOE), conocido tertuliano y superviviente nato que logró eludir la «limpieza» de Pedro Sánchez y aprovecha los platós de televisión como plataforma hacia la Alcaldía. Nuevamente, la gobernabilidad dependerá de los pactos.A PRADILLA

EL CAMINO PREELECTORAL: meses de descontrol

setiembre 2014

Tomás Gómez, secretario general del PSM, y Antonio Miguel Carmona se imponen sin rivales en las primarias.

octubre 2014

Se desata la «Operación Púnica» con 51 arrestos, muchos de ellos cargos del PP. Entre los detenidos, Francisco Granados, exsecretario general del partido en Madrid y que se encuentra actualmente en prisión.

Noviembre 2014

Tania Sánchez y Mauricio Valiente ganan las primarias de IUCM frente a los candidatos de la dirección regional.

febrero 2015

Tania Sánchez anuncia que deja IU y forma Convocatoria por Madrid junto a excargos de la formación.

febrero 2015

Pedro Sánchez disuelve la federación madrileña del PSOE y deja fuera de la candidatura a Tomás Gómez. Este amenaza con la rebelión pero termina aceptando la gestora y la nominación de Ángel Gabilondo.

marzo de 2015

Manuela Carmena se impone en las primarias de Ahora Madrid. Mauricio Valiente deja IU para seguir en esta candidatura. Mariano Rajoy nombra Cristina Cifuentes y Esperanza Aguirre como candidatas del PP.