Mikel INSAUSTI
CRÍTICA «Sexo fácil, películas tristes»

La comedia romántica y el cine de autor convencionales

Por más tiempo que uno lleve viendo y comentando películas, resulta imposible entender el empeño de la mayor parte de la crítica en situar el cine de autor a un nivel superior que el cine de género. La casi totalidad de opiniones y comentarios sobre “Sexo fácil, películas tristes” coinciden en que la ópera prima como director del guionista argentino Alejo Flah tiene un interesante y original planteamiento autoril, traicionado por los tópicos de la comedia romántica. Pues yo no lo veo así, porque para mí todo forma parte de una misma convencionalidad, en la que esa comedia romántica y ese cine de autor se dan la mano.

Alejo Flah ha hecho una película totalmente coherente, sin salirse para nada de los esquemas genéricos habituales, con la única diferencia de que se ha implicado en la misma desde la escritura. No hace otra cosa que visualizar la historia de amor incluyendo el proceso de creación, para lo que recurre a la figura del alter ego representada por el actor Ernesto Alterio, que hace las veces de guionista.

“Sexo fácil, películas tristes” no incluye nada novedoso en ninguno de sus apartados, ni en la descripción del romance, ni tampoco en lo concerniente a la invención del mismo. Todo es rutina a uno y otro lado del espejo, por la sencilla razón de que el autor está hablando en tono autobiográfico de su propia experiencia personal. Y, aunque quiere que su pareja ficcional sea feliz, la crisis íntima por la que atraviesa acaba influyendo en el devenir de las criaturas que ha proyectado desde el papel.

Tampoco la ambientación o las localizaciones escogidas llevan a pensar en universos paralelos fuera del lugar común, porque mientras el protagonista trabaja el texto en Buenos Aires sus personajes viven en un Madrid de sobra conocido, y donde no se muestra ningún escenario que sorprenda o llame la atención. Como espacio mental resulta muy reconocible.