Amaia U. LASAGABASTER
EIBAR

La incesante agonía

Quinta derrota consecutiva de los azulgranas, que afrontan los tres últimos partidos con un solo punto de renta sobre el descenso.

VALENCIA 3

EIBAR 1


Como un enfermo al que se le va escapando la vida mientras espera un milagro. Así se acerca a la recta final de la Liga el Eibar, que ayer encajó su quinta derrota consecutiva y afrontará con un solo punto de renta sobre el descenso los tres últimos encuentros de Liga.

Tres partidos en los que la familia azulgrana ha depositado todas sus ilusiones. Aunque ahora mismo tenga mucho más de anhelo que de convicción, como al desahuciado al que solo le queda la fe, y se aferra a ella desde las entrañas, por encima de cualquier argumento razonado. Porque ya ni siquiera se cumplen las premisas que convertían en idóneos a los últimos rivales del curso. El Espanyol, que visitará Ipurua el próximo viernes, todavía tiene posibilidades europeas y el Getafe, que parecía tener la temporada resuelta, ha decidido complicarse la vida y tendrá que sumar todavía un par de puntos para asegurarse la tranquilidad. Solo el Córdoba, ante el que despedirán la temporada los eibarreses, ha cumplido, a su pesar, con su parte y llegará a Ipurua como equipo de Segunda. Una última jornada a la que, visto cómo marchan las cosas, el Eibar se conformaría con arribar dependiendo de sí mismo.

Algo que los azulgranas cumplen por los pelos. De momento. Porque sus rivales en la lucha por la permanencia, a paso ligero o con cuentagotas –la jornada ha resultado especialmente negativa en ese sentido, con el empate entre Deportivo y Villarreal y la victoria del Granada en Getafe–, se aferran a la vida, mientras el Eibar, enfermo incurable, permanece estancado. Ayer cumplió una vuelta completa sin vencer lejos de su estadio. Una vuelta en la que no le ha ido mucho mejor en Ipurua. Una vuelta agónica –empate en Granada, victoria en casa ante el Málaga, 14 derrotas– que le sitúa en la posición más crítica de toda la temporada.

No es solo una cuestión de puntos. Las carencias del equipo están siendo tan evidentes como escaso su rendimiento. No sería justo centrar una crítica general en la actuación de los eibarreses en en un campo tan complicado como Mestalla, de donde solo el Barcelona ha conseguido llevarse los tres puntos esta temporada. Pero tampoco cabe escudarse en la dificultad. Y la primera visita al estadio valenciano se saldó con el mismo rosario de males que han provocado la caída en picado de los guipuzcoanos. Tibieza defensiva, continuas pérdidas de balón, falta de mordiente..., es imposible dar así la sorpresa en Valencia. Y, lamentablemente, también lo está siendo superar a cualquier otro rival.

Y sin embargo se mueve

Y, sin embargo, es inevitable dejarse arrastrar por la convicción de los azulgranas, por su entereza, por su entrega. Porque, igual que todos sus defectos, también sus virtudes salieron a relucir en Mestalla. En un partido que se había puesto complicado con el gol de Otamendi, el Eibar fue capaz de apretar en busca de la remontada; pero es que en un partido que se había puesto imposible, con tres goles de ventaja para el Valencia y muy poco tiempo por delante, el Eibar también siguió intentándolo. Tuvo su premio, el gol de Arruabarrena. Pero sobre todo tuvo su argumento, el de la fe que, a falta de excesivos argumentos futbolísticos en esta recta final –aunque precisamente ante sus rivales más complicados, Sevilla y Valencia, se haya atisbado una mejoría–, debe llevarle a su segunda temporada en la elite del fútbol.

Aunque tendrá que ser ante adversarios de menor enjundia. Porque ayer no le sirvió más que para maquillar el marcador de un partido que arrancó con novedades. Ya había advertido la víspera Gaizka Garitano que, en este particular play-off y teniendo en cuenta tanto la exigencia como las bajas presentes y futuras –Navas está lesionado, Arruabarrena se perderá el próximo choque, Saúl, Lillo y Dani García están apercibidos–, habría que planificar con tiento el reparto de minutos. Y fruto de ello fue la presencia de Borja en el centro de la defensa. Un puesto en el que ya había actuado en el inicio de su carrera pero en el que nunca le había colocado el técnico armero. Ayer acompañó a Añibarro, mientras Boateng y Dani García compartían pivote.

Al Valencia le importó poco. Saltó al césped motivado, percutió con insistencia por la banda izquierda, solo vio el balón en su área un par de veces en todo el primer tiempo y, además, para el minuto 25 ya tenía el partido encarrilado. Córner, despeje, buen movimiento de Alcácer y centro de Gayà para que Otamendi cabecease a placer el 1-0.

El partido pareció acabar. Al menos hasta que, a la vuelta del vestuario y ya con Arruabarrena en el césped, se vio a un Eibar más decidido. Hasta el punto de que rozó el empate con un par de córners consecutivos y cabezazo de Boateng. Pero la suerte tampoco está con este equipo. Dos minutos después de que el ghanés rozara el empate, De Paul enviaba un balón al larguero y, de inmediato, Parejo firmaba el 2-0 con un trallazo. Alcácer pondría la puntilla en el 71.

O eso pareció. Pero el Eibar no se resignó a marcharse con las orejas gachas. Volvió a apretar y una gran acción de Ángel –primeros minutos tras 13 jornadas de ausencia– permitió a Arruabarrena marcar el de la honrilla.

Gaizka Garitano: «El equipo ha caído con dignidad»

Soñaba con la campanada pero tuvo que conformarse con el trabajo de sus jugadores. Eso, al menos, lo tuvo Gaizka Garitano.

«Estoy conforme con el trabajo que ha hecho el equipo. Sabíamos que sería un partido difícil, ante un equipo que tiene una pegada tremenda y que no creo que haya hecho tanto como para marcar tres goles», lamentó. «Pero estoy conforme con lo que ha hecho el equipo. La pena es que con el 1-0 hemos empezado el segundo tiempo muy bien, hemos tenido buenos minutos, y de lo que ha podido ser el 1-1 con un cabezazo de Boateng, en la siguiente jugada nos han marcado el 2-0 y ya se ha complicado muchísimo. Pero hemos acabado con dignidad, marcando, apretando, peleando».

Un tesón que debe mantener el Eibar, teniendo en cuenta que «nuestra pelea empieza el viernes», con la visita del Espanyol a Ipurua, que los armeros afrontan «fuera del descenso, con tres partidos por delante», subrayó Garitano. «Después de Sevilla y Valencia, nuestra pelea de verdad empieza el viernes y creo que somos capaces de sacar esta situación adelante».

En lo que respecta al bajón sufrido en esta segunda vuelta, admitió que la respuesta es complicada «pero creo que en la primera estuvimos muy por encima de nuestras posibilidades y ahora estamos por debajo. Aunque el equipo se muestra serio, trabajador, hay cosas que mejorar y nos cuesta un mundo ganar un partido». GARA

Una baja y tres apercibidos de sanción

Con la tarjeta que vio Dani García ya son tres los armeros apercibidos: el centrocampista, Lillo y Saúl. Además, Arruabarrena cumplirá sanción ante el Espanyol.

El equipo regresó a Eibar tras el encuentro

La expedición azulgrana ya está de vuelta tras regresar de Valencia en vuelo chárter nada más concluir el choque. Gaizka Garitano ha citado a sus jugadores a las once en Atxabalpe.

Protagonistas

Borja. Aunque ya había ocupado ese puesto en sus primeros años, Gaizka Garitano le colocó por vez primera en el centro de la defensa. Aunque sin alardes, se le vio mejor que en el pivote.

Boateng. Su fichaje había creado muchas expectativas pero ha ido frustrándolas en sus comparecencias. Tampoco destacó ayer, aunque estuvo más acertado que en otras ocasiones e incluso estuvo a punto de marcar lo que habría sido el 1-1.

Saúl. Es, posiblemente, el jugador que está más alejado de la versión que ofreció en la primera vuelta, aunque su calidad ofrezca destellos en ocasiones. No fue el caso ayer, cuando apenas fue capaz de provocar un córner.

Piovaccari. Suya fue la primera ocasión del Eibar, un cabezazo intencionado al cuarto de hora. Se plantó en el área en otro par de ocasiones. No es poco teniendo en cuenta lo solo que estuvo.

Arruabarrena. Su entrada en el descanso marcó un antes y un después. El equipo se mostró más ofensivo y el tolosarra, de hecho, marcó su octavo gol del curso.

Ángel. No jugaba desde Riazor, en la 22ª jornada. Ayer tuvo veinte minutos y firmó la mejor acción del choque.

Las claves

&indentHere;> El Valencia saltó al campo motivado, percutió por banda izquierda, solo vio el balón en su área dos veces en toda la primera parte y, además, para el minuto 25 ya tenía el partido encarrilado gracias al gol de Otamendi.

> El partido pareció acabar pero a la vuelta de vestuarios, ya con Arruabarrena en el césped, se vio a un Eibar más decidido. Incluso pudo empatar con un cabezazo de Boateng. Pero dos minutos más tarde los locales sentenciaban el choque.

> Alcácer ponía la puntilla en el 71 pero los azulgranas no se resignaron a marcharse con las orejas gachas. Volvieron a apretar y una gran acción de Ángel –primeros minutos tras 13 jornadas de ausencia– permitió marcar a Arruabarrena.

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