GIPUZKOA BASKET 77

IBEROSTAR TENERIFE 76

Como si de la parábola del hijo pródigo se tratase, Gipuzkoa Basket estaba perdido y fue encontrado; estaba muerto y resucitó. Después de seis derrotas seguidas y muy malas sensaciones, la escuadra donostiarra sumó al fin una décima victoria que le sabe a pura vida. Y más después de ir cayendo 55-68 poco antes de terminar el partido.

Se llegó a la prórroga con empate a 69, gracias a un parcial de 14-1, con Grimau, Doblas y Dani Díez como principales ejes de la remontada. En el añadido, Jordan anotó el tiro libre de la victoria, aunque el tiro final en realidad lo tuvo Levi Rost. Lo lanzó solo desde la esquina, pero no entró. La celebración de los jugadores y técnicos de Gipuzkoa Basket con un Illunbe entregado fue digna de una Euroliga, una permanencia y de postre una resurrección.

Una vez más, Gipuzkoa Basket arrancó a toda máquina. Doblas y Grimau se buscaban y se encontraban, mientras que Dani Díez demostraba que ha mejorado mucho en el tiro, siempre y cuando pueda recibir y lanzar en estático. Pero aquello no iba a durar mucho, y a partir del segundo cuarto el partido fue tomando derroteros dramáticos. Si al descanso Iberostar Tenerife se imponía por 35-39, al final del tercer período ya ganaba por 51-59, y lo peor era que las sensaciones eran horribles.

«¡Que vamos a poder!»

El marcador estaba en 55-68 y ni el speaker ni la Peña Omnes Uni se creían en su cántico que reza «¡qué, sí, joder! ¡Que vamos a poder!» GBC casi miraba más al calendario que al partido, cuando todo cambió.

Iberostar Tenerife se relajó, errando varios tiros libres, mientras que Grimau, Díez y Doblas elevaban su cuenta y la fe de Illunbe. Un triple de Jordan ponía el 69-68, y Richotti empataría a 69. Prórroga. Esta vez con happy end. Tu fe te ha salvado.

«Esta victoria tiene un mérito enorme»

Mientras que Alejandro Martínez caminaba cabizbajo en la zona mixta rumiando una derrota arrebatada de las fauces de la victoria, Jaume Ponsarnau era un hombre feliz. Ya sobre el parqué se fundió en un abrazo con sus ayudantes Jon Txakartegi y Lolo Encinas, y en la sala de prensa reconoció el «mérito» de su equipo por conseguir una victoria muy necesaria.

«Con el partido muy cuesta arriba y sin que encontrásemos aire para enfrentarnos a Iberostar Tenerife, el equipo ha encajado. Ha confluido a que la defensa haya vuelto a ser como la de nuestros mejores momentos. Eso, el control del rebote que nos ha dado segundas oportunidades y el 85% de acierto en tiros libres, en nuestra situación, tiene un mérito enorme», señalaba el técnico targarino.

Ponsarnau también alabó la comunión con la grada. «El equipo se merecía la fe de nuestra gente y nuestra gente se merecía la reacción de nuestro pabellón, que ha estado fantástico», destacó. A. G.