Martxelo DÍAZ
S. FERNANDO DE HENARES
JUICIOS POLÍTICOS EN LA AN

«Los malos tratos buscaban que acusáramos a otros de ser de Segi»

La primera sesión del juicio que comenzó ayer en la Audiencia Nacional española contra diez jóvenes de Iruñerria estuvo marcada por los testimonios de los malos tratos que sufrieron en la detención incomunicada hace ya siete años. La vista continuará hoy y está previsto que concluya la próxima semana. Se enfrentan a diez años cada uno.

La denuncia de la tortura sufrida durante las detenciones incomunicadas que sufrieron en 2008 marcó el incio del juicio en la Audiencia Nacional española contra diez jóvenes de Iruñerria acusados de pertenencia a Segi y contra quienes la Fiscalía demanda diez años de prisión para cada uno de ellos.

Todos los acusados negaron, respondiendo exclusivamente a las preguntas de la defensa, su pertenencia a Segi y únicamente reconocieron ser integrantes del movimiento juvenil mediante las «gazte asanbladas» de sus barrios. Las pruebas que la Fiscalía presentó contra ellos se limitaban a supuestos documento de Segi, además de material como pegatinas, una txapela o DVDs y CDs comprados en la Feria de Durango. A Iker Araguas, por ejemplo, le incautaron un documento titulado “Etxebizitza Plangintza”, que la Fiscalía atribuyó a Segi, pero que el acusado explicó que pertenecía a la Gazta Asanblada de Iturrama y que analizaba la problemática de la vivienda en este barrio iruindarra.

Araguas fue el primero que explicó en qué consistieron los malos tratos a los que le sometieron durante la incomunicación. Relató que sufrió presiones sicológicas, que le obligaron a realizar flexiones hasta la extenuación, que le golpearon en la cabeza y que le dieron puñetazos en la tripa y en los testículos. Y también contó que, sin salir de Iruñea, en la comisaría de la calle General Chinchilla le hicieron un simulacro de bolsa. Tiene grabado en la memoria que utilizaron una bolsa de la cadena de supermercados Dia.

Llegado hasta este punto no pudo continuar y se vio obligado a detener el relato para beber agua. Algo que se repetiría con sus compañeros conforme iba avanzando la mañana de declaraciones. Pese a los siete años transcurridos desde la detención, recordaban lo sucedido como si hubiera sido ayer.

Lo que en Iruñea fue un simulacro con una bolsa de un supermercado se convirtió, según relató Araguas, en una realidad al llegar a Madrid. Recordó que le aplicaron la bolsa al menos cuatro veces. Explicó que denunció los malos tratos recibidos ante el forense y que presentó también una denuncia judicial, pero el maltrato al que fue sometido no deja evidencias físicas. Junto a ello, Araguas subrayó que la declaración que hizo ante el juez titular del Juzgado de Instrucción número 3 de la Audiencia Nacional se debió a las presiones recibidas y a los malos tratos que padeció. «Estos van a ser los peores cinco días de tu vida», le dijeron los agentes que le detuvieron.

Ibai Azkona fue incluso más gráfico a la hora de relatar el trato recibido y señaló que «le estrujaron tanto los testículos que parecía que me los iban a hacer papilla». También explicó que recibió golpes durante el traslado de Iruñea y Madrid, así como en las dependencias policiales de la ciudad castellana. En Iruñea, incluso, le amenazaron con llevarle al monte y hacerle desaparecer, puesto que su detención se realizó sin testigos. Señaló que le hicieron la bolsa al menos en cinco ocasiones.

Así, negó cualquier validez a la declaración que realizó a instancias de los policías porque la hizo «bajo torturas». «Declaré lo que me dijeron los policías porque no podía aguantar más. Estaban interesados en varios casos de kale borroka de los que no se conocía la autoría», añadió Azkona.

Este joven de Iturrama denunció el trato al que estaba siendo sometido al forense, pero este hizo caso omiso. Azkona le explicó que tenía molestias en las costillas debido a los golpes que le estaban dando. La respuesta del forense, según relató en la vista de ayer, fue que esas molestias estarían producidas por la mala postura en la que habría dormido en el calabozo.

El testimonio de golpes, malos tratos y amenazas por parte de los agentes durante la detención incomunicada continuó con Mikel Marin, Diego Octavio e Iñaki Marin. Este último no podía incorporarse al llegar a Madrid por la postura forzada que le obligaron a mantener en el traslado desde Iruñea.

Oihan Ataun tuvo que interrumpir su relato de los malos tratos recibidos, beber agua y sacar fuerzas de flaqueza para relatar el tormento al que fue sometido. Este joven de Arrosadia, a diferencia de sus compañeros, tuvo que ser atendido por el Samur, los servicios de urgencia de Madrid, porque el trato recibido por los agentes le provocó mareos. El joven navarro explicó que no recuerda bien cómo se desarrolló la atención médica, que se despertó con el parte ya realizado, pero lo que sabe perfectamente es que antes de la detención no había tenido nunca síntoma alguno de esta dolencia.

Ataun presentó una denuncia ante la autoridad judicial por los malos tratos recibidos durante la detención, pero, pese a haber sido atendido por los servicios de emergencia, no se investigó. Presentó un recurso ante el Tribunal Constitucional, que dio por bueno que los jueces no investigaran la denuncia. Agotada la vía judicial española, acudió al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que le dio la razón y condenó al Estado español por no investigar la denunciar por torturas. Recibió una indemnización por ello.

Destacó que el único objetivo de estos malos tratos era conseguir que dijera ser miembro de Segi y que implicase a otros en la pertenencia en esta organización. Ayer, en la vista, negó ambos extremos.

Trabajo en el barrio

Además de denunciar los malos tratos recibidos durante su detención, el testimonio de los acusados en la sesión de ayer trató de explicar, por enésima vez en la Audiencia Nacional, qué es una «gazte asanblada».

Así, Ataun contó que colaboraba en la Asociación de Vecinos de Arrosadia en cuestiones como las barreras arquitectónicas, el envejecimiento de la población del barrio o los problemas de aparcamiento. Un informe de la Policía Foral señala que una de sus huellas apareció en la cinta adhesiva que sujetaba una pancarta de Segi en fiestas de Arrosadia. Ataun declaró que esa cinta fue utilizada por una veintena de personas para preparar el recinto festivo. Los vecinos de Iturrama repitieron que el bar Ezpala era solo un establecimiento en el que se reunían y que la bajera del Grupo Rinaldi que se registró no era de Segi sino de los colectivos del barrio.

Demanda del fin de los juicios políticos antes de la vista

Antes de que comenzara la vista, los enjuiciados se concentraron ante la sede de la Audiencia Nacional en San Fernando de Henares para reclamar el fin de los juicios políticos. Contaron con el apoyo de varias decenas de allegados desplazados desde Iruñerria y del diputado de Amaiur Sabino Cuadra.

Oihan Ataun, en nombre de sus compañeros, señaló que «hace siete años nos detuvieron, estuvimos en régimen de incomunicación durante varios días, sufrimos torturas y la mayoría fuimos encarcelados. A los meses salimos en libertad provisional bajo fianzas millonarias. Y ahora, siete años después, nos quieren condenar a cada uno a diez años de cárcel».

«No aceptamos este juicio político y exigimos que, de una vez por todas, terminen la persecución y los juicios políticos», reclamó el encausado iruindarra.

Cuadra mostró la «solidaridad completa» de Amaiur con los diez enjuiciados. «Esto es un juicio político. Lo único que han hecho es trabajar por la defensa del euskara, de nuestra cultura, de los derechos de los jóvenes y en contra de las mil opresiones que padece la juventud. En definitiva, han trabajado a favor de una Euskal Herria libre y socialista», señaló.

El diputado de Amaiur insistió en la naturaleza política del juicio que comenzó ayer «en una Audiencia Nacional que funciona con criterios políticos y es heredera de aquel Tribunal de Orden Público de Franco».

Cuadra denunció «la política represiva por parte del Gobierno del PP porque va en contra de dar pasos positivos en favor del proceso de paz y de normalización democrática que se está impulsando en Euskal Herria. Lo único que hace es oponerse al proceso, obstaculizarlo e intentar reventarlo».M.D.