«No puede ser que de un partido salgas fortalecido y al siguiente seas una ruina. No puede haber tanto cambio de animo de un partido a otro». Las palabras, cristalinas, con de Mikel Rico tras el sonrojante empate sobre la bocina del Deportivo en San Mamés. Y todavía días antes seguidores diciendo aquello de «y si hubiéramos ganado en casa a los de la parte de abajo de la tabla...». El sábado tuvimos la explicación y en el lamento del jugador de Arrigorriaga una de las razones de porqué una campaña tan irregular y la causa de que el Athletic haya perdido su esporádica condición de tuerto en el pelotón de los ciegos que pelean por esa plaza europea. Y todo porque no se ganó al Depor y el Málaga ayer sí hizo los deberes y ganó –no lo hacía desde el 15 de marzo–. «Ojalá mañana –por ayer– el Almería nos de una alegría y dependamos otra vez de nosotros», confiaba De Marcos. Pues al final los almerienses no hicieron lo que, sin ir tan lejos, el Eibar también esperaba de los leones. Y ahora los bilbainos ya no dependen de sí mismos. La próxima jornada los boquerones visitan al Villarreal y los rojiblancos al Elche, y desde luego que nadie se atreve a poner la mano en el fuego sobre quién puede ser séptimo al término de una jornada en el aire por la huelga.

«No vamos a jugar con ningún equipo que nos vaya a regalar los puntos, debemos insistir en que nuestro juego sea más fluido, sabiendo que podemos hacerlo mejor que hoy. Tenemos que aguantar hasta el final», sostenía el sábado un defraudado Ernesto Valverde, que se fue directo a vestuarios sin casi despedirse de su homólogo deportivista. Luego, atemperó el disgusto en sala de prensa aunque reconoció que los suyos no dieron la talla y no supieron cerrar el encuentro.

En esa línea apostaba Mikel San José. «El empate nos ha dejado tocados, pero hay que seguir peleando. Siempre hay que mejorar, corregir errores y tenemos una semana para prepararnos para el siguiente partido», comentaba el navarro. Mucho que trabajar, desde luego, y mucho que pensar un Txingurri inmerso en probaturas sobre la marcha, analizando lo que gana y pierde el equipo con esas varaciones. Demasiados vaivenes con tanto en juego.

Aduriz es un suma y sigue de registros goleadores

Los elogios a Aritz Aduriz se agotan. Es verdad que no fue su mejor partido, porque el donostiarra se fue diluyendo como el resto de compañeros, pero sus detalles de calidad, sus balones ganados por alto, y sobre todo su 16º gol en Liga –igualando su mejor cifra en el curso pasado–, le hacer acreedor a la enésima mención. Ayer, muchos se hacían eco de que el del Antiguo ha igualado con sus 83 tantos como rojiblancos al mítico ‘Pichichi’ y ahora a quien tiene a tiro –91 goles– es a Ziganda y Venancio. Pero con su diana ante el Depor, Aduriz alcanza los 108 goles en Primera, curiosamente 54 antes de los 30 años y otros 54 después... segunda juventud. Además, anotó ante los gallegos de cabeza, su especialidad: de entre los jugadores en activo en Primera, el ‘zorro’ lleva 39 con la testa, por 33 de Ronaldo. Eso sí, aún le queda un trecho largo para alcanzar a la que debiera ser mejor cabeza después de Zarra, la de Isma Urzaiz, el máximo goleador de cabeza de los últimos 20 años en Primera, con 61, seguido del merengue Raúl (43), Llorente (39) y Aduriz (39). El donostiarra es un suma y sigue.J.V.