Floren Aoiz
@elomendia
JO PUNTUA

24-M, la batalla del cambio. Cada persona es decisiva

Estáis reflexionando bien? ¿Seguro? Tened en cuenta que luego ya no se puede echar marcha atrás. Vienen los aspavientos y las lamentaciones, tenía que haber ido a votar, no tenía que haber votado a este que ha terminado pactando con ese otro... y es demasiado tarde porque, y esto es algo que hay que cambiar, los cargos electos no pueden «deselegirse» en cuatro años.

Escribía Peter Mair –en un artículo sobre la evolución de las democracias liberales occidentales– que han venido decreciendo tanto la implicación ciudadana en los partidos como la fidelidad en el voto, que se ha ido haciendo cada vez más volátil. Mair hablaba de tendencias generales con matizaciones, pero estaba convencido de que la evolución marcaba una dirección clara. Afirmaba que el modelo de los partidos tradicionales se debilitaba, por abajo por desconexión popular, y por arriba porque los dirigentes se refugiaban en las instituciones de gobierno e ignoraban la opinión de las bases con la excusa de mirar al interés general. Veía a los dirigentes de los partidos convencionales cada vez más separados de la sociedad y cada vez más cercanos entre sí. Y creía que esta «desestructuración» que se venía produciendo en el electorado podía facilitar la aparición de alternativas novedosas. Por ello, entendía que las campañas electorales eran cada vez más importantes y requerían esfuerzos crecientes de esos partidos.

No sé hasta qué punto podemos dar por buenas estas ideas en nuestro país. El artículo tiene algunos años y el autor ha fallecido, así que no podría sacarnos de dudas. En Euskal Herria hace tiempo que surgió esa alternativa novedosa, que ha plantado cara a los partidos tradicionales. Una de las claves de las elecciones de mañana es si esa alternativa avanza y en qué medida, así como hasta qué punto pierden peso o no los partidos convencionales. Dicho de otro modo, es la batalla del cambio y en ella cada persona es decisiva.