EEUU, la UE y organizaciones de defensa de los derechos humanos han calificado como un nuevo y «preocupante» paso en la represíón de las voces críticas en Rusia el impulso por parte del Kremlin de una ley que permite la prohibición de las ONG extranjeras «indeseables»

Votada por las dos cámaras del Parlamento en menos de una semana, y promulgada a última hora del sábado por el presidente ruso, Vladimir Putin, la nueva ley permitirá cerrar sin decisión judicial toda ONG extranjera que amenace la «seguridad nacional» o los «fundamentos constitucionales» de Rusia. La ley permite bloquear sus cuentas bancarias y su acceso a los medios. Sus empleados pueden ser condenados a hasta 6 años de cárcel.

«Entidades extranjeras»

El nuevo texto viene a complementar otra ley, aprobada en 2012, e igualmente controvertida , y que obligaba a las ONG beneficiadas con financiación extranjera y con una actividad política a registrarse como entidades extranjeras y a declararse como tales en toda comunicación o actividad pública.

Esta denominación, aplicada a los opositores durante la época estaliniana y en los años setenta y ochenta contra los disidentes, es desde entonces aplicada a organizaciones de defensa de los derechos humanos como Memorial, el Centro Sajaron e incluso a la organización anticorrupción Transparency International.

La UE denunció ayer «un nuevo paso preocupante en las restricciones a la sociedad civil, la independencia de los medios y la oposición política».

EEUU coincidió en esta crítica y la situó como «una medida que busca aislar al pueblo ruso del resto del mundo».

Citado por la agencia oficial Tass, el diputado ruso responsable de la comisión de Asuntos Exteriores, Alexei Puhckov, acusó a EEUU de «cinismo» y le aconsejó que «reflexione por la negativa de Kiev (Ucrania) a garantizar los derechos humanos en el este de Ucrania».

Medida preventiva

Los defensores de esta iniciativa la justifican como «medida preventiva» en un contexto de tensión sin precedentes desde la Guerra Fría entre Occidente y Rusia.

Los diputados invocan la necesidad de frenar a «las organizaciones destructivas que amenazan los valores del Estado ruso y fomentan revoluciones de colores», nombre con el que se conoce a las insurreciones opositoras pro-occidentales en las exrepúblicas soviéticas.

Ucrania, por dos veces, y Georgia, en el Cáucaso, han sido escenario de revueltas apoyadas por Occidente. Con motivo de la reelección de Putin, Moscú vivió hace años un amago de revuelta con varias manifestaciones opositoras que se desinflaron.

Muere en atentado en Lugansk un líder rebelde

El comandante Aleksei Mozgovoi, uno de los líderes de las milicias prorrusas, murió el sábado en un ataque perpetrado comntra su convoy por un grupo de desconocidos en Lugansk, en el que han muerto al menos otras seis personas.

Mozgovoi, líder del famoso batallón Prizrak (Fantasma) murió después de que el coche en el que viajaba explotase por un «artefacto explosivo y posteriores disparos con ametralladoras», informó el oficial Sergei Gorenko.

El ataque tuvo lugar en la ciudad de Alchevsk, en la autoproclamada República Popular de Lugansk (LNR) y situada a unos 30 kilómetros de la frontera. El fiscal evocó la hipótesis de una incursión mientras que las autoridades de la LNR acusaron directamente a Kiev.

Por contra, un portavoz militar ucraniano, Olexandre Motuzianyk, ligó el ataque mortal a luchas intestinas por el poder ente los rebeldes. Según él, Mozgovoi «estaba desde hace meses en conflicto con la dirección de la LNR. No es la primera vez en que líderes rebeldes resultan muertos en el marco de la guerra por mantener esferas de influencia», añadió.

Varios líderes rebeldes han muerto en los últimos meses en el este de Ucrania, entre ellos el alcalde de Pervomaisk, Evgueni Ichtchenko, y el líder de un grupo armado local Aleandre Bednov, conocido como «Batman», lo que ha alimentado los rumores sobre luchas internas entre grupos locales y el presidente de la LNR, Igor Plotniski. GARA