El animador alemán Toby Genkel está al frente de “¡Upsss! ¿Dónde está Noé?”, después de haber codirigido la discreta coproducción con los países nórdicos “La leyenda del martillo mágico: Thor” (2011), y de su participación técnica en “Amigos para siempre” (2009), una ingenua fábula sobre la amistad y la aceptación de las diferencias ambientada en una granja de animales. Personajes estos que vuelven a salir en su nuevo trabajo, pero buscando un tratamiento más original y capaz de sorprender al público infantil que visita los zoológicos o parques naturales.

La excusa argumental para presentar especies animales inventadas, y por lo tanto nunca antes vistas, es la de que se perdieron durante el diluvio universal y no fueron rescatadas en el arca de Noé, quien no aparece en la película tal como advierte el título, a fin de que el protagonismo de la aventura sea totalmente animal. El que se encarga de llevar la voz cantante es el león, que para eso es el rey de la selva. Aunque trata de tenerlo todo bajo control, no puede evitar que una cría hembra de grymp y otra macho de nestrian se caigan por la borda, después de haber hecho el bíblico recuento de las parejas de cada especie. Los que se quedan a bordo son la madre de la primera y el padre del segundo.

Y, puestos a inventar, estos peluches bautizados como grymps y nestrians podían haber tenido un diseño más atractivo y ocurrente, porque resultan bastante pobres.

Además, no dejan de ser una copia mal hecha a partir del cruce entre la ardilla de “Ice Age” y el extraterrestre de “Lilo & Stitch”. Por más que les pongan colores chillones, sean lumínicos o desprendan humo azul, acaban siendo deudores de las grandes producciones de animación de Hollywood.

Tampoco convence el desarrollo de la acción, bastante atropellado y con una tendencia a meter con calzador la dinámica de los videojuegos básicos.