Mikel INSAUSTI
CRÍTICA «Arrecifes. Oasis de vida»

Documental de cine submarino a un nivel internacional

Confieso que no aguanto un documental entero de National Geographic en televisión, pero cuando se hacen versiones para la pantalla grande suelo disfrutar del espectáculo como el que más. Las de ambiente ocenanográfico suelen ser las que mayor juego visual dan, desde que el pionero Cousteau se aliara con el cineasta Louis Malle para crear aquella maravilla llamada “El mundo del silencio” (1956), premiada con un Oscar al Mejor Documental. También del mercado francófono nos llegaba, ya más recientemente, “Océans” (2009), una de las premiadas producciones del actor Jacques Perrin en colaboración con el realizador Jacques Cluzaud.

Hasta la fecha no había visto nada así hecho dentro del Estado español, por lo que “Arrefices. Oasis de vida” se presenta como el primer largometraje de estas características con calidad suficiente para ser exhibido en sales comerciales. La impresionante fotografía submarina se debe a la experiencia profesional acumulada por la compañía Bluescreen Underwater Filming, que ha participado en rodajes de ficción como los de “Lo imposible” o “El niño”. Para la mayoría del público que no haya practicado el buceo, las inmersiones de los cámaras consiguen la sensación de estar en el fondo del más grande acuario natural que imaginarse pueda.

La macrofotografía ayuda a descubrir sin moverse de la butaca una realidad, incluso desconocida para muchos submarinistas. Brinda la oportunidad de captar de cerca el contenido biológico de los arrefices de coral, formados por seres microscópicos como los pólipos o las algas unicelulares. Los ejemplos mostrados surgen de una búsqueda de más de dos años por archipiélagos e islas de todo el planeta azul. Esto significa que hay que viajar mucho por mar, y que tampoco es cuestión de obsesionarse con batir el récord de profundidad con cámaras, logrado por James Cameron a 11.200 metros en las Marianas.