Fermin Munarriz
Periodista
IKUSMIRA

¿Cómo llamar a quienes votan a corruptos?

E s una pregunta tan recurrente como las elecciones: ¿Por qué hay personas que votan de manera consciente a candidatos o partidos corruptos?

Ocurran desfalcos, comisiones, adjudicaciones fraudulentas, tarjetas opacas, financiaciones ilegales, fraudes fiscales... hay quien entrega su voto a los autores materiales de las fechorías, en algunos casos, o a los grupos políticos que les prestan la cobertura, en otros. Con empatía. Y a estas alturas no hay eximente de falta de información.

Lo más inquietante es que son millones; por tanto, también trabajadores, paradas, pensionistas o jóvenes sin expectativa... ¿Cómo llamarlos?

No podría decirse que son estrictamente corruptos, pues no han participado directamente en el asalto a los bienes comunales. Sin embargo, son imprescindibles para que la maquinaría continúe, con la desconcertante constatación de que ellos tampoco son beneficiarios; al contrario: son tan perjudicados como cualquier otro al que le saquean el patrimonio público y la decencia de una vida honesta y amable. ¿A cambio de qué, entonces? ¿Acaso para que no gane el adversario político?

Comparten con nosotros agarradero en el autobús urbano mientras sostienen con cariño de la mano a su niña. Y seguramente son vehementes criticando cada nuevo caso de corrupción como si no fuera con ellos, como si su voto no hubiera servido para afianzar a los depredadores. No sienten remordimiento ni responsabilidad. Quizás, vacío. El que les separa de una proposición indecente: tenemos la presa, solo nos falta el dinero.

¿Cómo llamarlos?