En Disney siguen teniendo problemas con la imagen real, y si “Tomorrowland” no va a ser un fracaso de las ruinosas dimensiones de “John Carter” o “El Llanero Solitario”, tampoco va a hacer una taquilla como corresponde a su millonaria inversión. El palo de la crítica ya se lo está llevando, porque tanto secretismo para luego encontrarse con esta mala imitación de Spielberg o de Nolan solo puede traer consigo una gran decepción. No han sabido qué hacer con la versión cinematográfica de su atracción de Disneyland, convertida en una simple respuesta positivista a la actual corriente distópica del cine de ciencia-ficción.