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WASHINGTON

EEUU retira a Cuba de su lista negra y acerca la apertura de embajadas

Estados Unidos retiró a Cuba de su lista de «Estados que apoyan el terrorismo», en la que ha mantenido durante 33 años, un paso clave para la apertura de las respectivas embajadas en Washington y La Habana. La medida se esperaba tras el plazo de 45 días sin que el Congreso se opusiera, aunque provocó el rechazo de los republicanos.

Washington retiró finalmente ayer a Cuba de su particular lista negra de «Estados que apoyan el terrorismo», un paso crucial en el restablecimiento de relaciones y que abre el camino a la próxima reapertura de las respectivas embajadas.

Esta decisión, esperada desde que el presidente de EEUU, Barack Obama, se mostrara favorable a mediados de abril, marca un punto de inflexión en el acercamiento entre Washington y La Habana después de medio siglo de tensiones.

Hace dos semanas, el presidente cubano, Raúl Castro, había indicado claramente que una vez que se eliminara esta acusación podría nombrarse a los embajadores en las capitales. «Las cosas avanzan, eso sí, a nuestro ritmo», añadió.

Cuba figuraba en esa lista desde 1982, junto a Siria, Sudán e Irán. La Administración Reagan la introdujo con el argumento de su apoyo a ETA y a las FARC.

«El secretario de Estado (John Kerry) adoptó la decisión final de revocar la designación de Cuba como Estado que apoya al terrorismo, de manera efectiva hoy, 29 de mayo de 2015», anunció el Gobierno estadounidense.

Este importante avance para Cuba es resultado de un complicado proceso legal entre la Casa Blanca, el Departamento de Estado y el Congreso. Obama había sometido el 14 de abril a los electos su propuesta de retirar a Cuba de la lista y, desde esa fecha, tenían 45 días para manifestar su eventual oposición.

«La derogación es el reflejo de nuestro análisis, según el cual Cuba cumplió los criterios estatutarios», estimó el Departamento de Estado, si bien tuvo cuidado de subrayar que EEUU mantiene «importantes desacuerdos y numerosos temas que preocupan sobre una amplia serie de acciones y políticas de Cuba». El presidente estadounidense aprovechó el jueves un acto centrad0 en al lucha contra el cambio climático en Miami, para realizar una visita de alto valor simbólico a una iglesia frecuentada por exiliados cubanos la misma semana en la que se haría pública la medida.

Críticas en Miami

Aunque algunos representantes de la primera ola de exiliados siguen oponiéndose ferozmente a todo acercamiento a La Habana; los llegados más recientemente han acogido mejor el anuncio del deshielo. Ayer, varios de los grupos cubanos afincados en Miami tacharon de «ilógico», «precipitado» y «penoso» el anuncio de Washington.

Aunque el restablecimiento de relaciones diplomáticas parece inminente, aún no se ha despejado la principal traba para unas relaciones normalizadas, el bloqueo que sigue en vigor.

Decretado en febrero de 1962, y reforzado duramente por la Ley Helms-Burton de 1996, el embargo total sobre las transacciones económicas y financieras con Cuba supone un obstáculo al desarrollo de la isla.

El nombramiento de embajadores permitirá mejorar las relaciones entre los dos países, pero «la normalización es otro tema», advirtió en su momento el presidente Raúl Castro.

Obama pidió al Congreso trabajar sobre el levantamiento del embargo, pero con sus dos cámaras ahora controladas por los republicanos, el comienzo del debate no está claro y el proceso legislativo se anuncia muy largo. «Creo que la mayoría del Congreso votará el levantamiento del embargo», opinó el miércoles el senador demócrata Tom Udall, que visitó La Habana con una delegación de congresistas. «Pero queda trabajo por hacer», advirtió.

Los republicanos prometen poner trabas

El presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, el republicano John Boehner, dejó claro que el Congreso estadounidense, controlado por los republicanos, no pondrá fácil la normalización de relaciones. Boehner aseguró que el Gobierno de Obama «ha entregado al régimen de los Castro una victoria política importante a cambio de nada». «La dictadura comunista no ha ofrecido garantías de que vaya a hacer frente a su largo historial de represión y abusos de derechos humanos en el país», aseguró el líder republicano. Boehner reiteró que las relaciones con Cuba «no deben ser revisadas, y mucho menos normalizadas, hasta que el pueblo cubano pueda disfrutar de la libertad». «Ni un segundo antes», remachó el presidente de la Cámara Baja. No obstante, advirtió de que la medida «afortunadamente tendrá poco efecto práctico. La mayoría de las sanciones de Estados Unidos contra el régimen cubano están contenidas en otras leyes, leyes que la Cámara se asegurará de que permanezcan».GARA