Arturo PUENTE
Barcelona

Catalunya inaugura una era de confluencias municipalistas

Las candidaturas ciudadanas se han hecho este fin de semana con algunos de los principales ayuntamientos, un vuelco que centra el protagonismo en las confluencias mixtas como nuevo actor en alza en Catalunya, donde gobernarán en tres importantes ciudades.

En Catalunya el terremoto aún se siente. En tres de las cinco ciudades más pobladas del país gobernará una candidatura de confluencia municipalista. Si abrimos el foco y miramos la lista de las diez más pobladas, en siete de ellas las nuevas fuerzas se han alzado con el primer o el segundo puesto. Barcelona, Badalona y Sabadell estarán gobernadas por confluencias, mientras que en Terrassa, Mataró, Santa Coloma o Reus las candidaturas ciudadanas liderarán la oposición. Las elecciones del 24 de mayo han barrido el panorama político catalán, abriendo una nueva era en la que los proyectos municipalistas serán los protagonistas.

La tradición municipalista está arraigada en la historia política de Catalunya. Para la esquerra independentista, los ayuntamientos han sido refugio y objetivo durante décadas. También para los movimientos sociales, el mundo local ha sido el campo de acción preferido. Pero el resultado que deja la formación de ayuntamientos del pasado fin de semana pasará a la historia por ser el gran salto adelante de unas candidaturas formadas, eminentemente, por las luchas sociales y la gente corriente, la mayoría de ellas hace menos de un año.

Barcelona en Comú se alza con el gobierno de la capital, una tarea que acometerán en solitario a la espera de la incorporación de ERC y PSC, que podría producirse tras las elecciones al Parlament programadas para el 27 de setiembre. La de Ada Colau ha sido una apuesta de alcance que ha acabado sobrepasando con creces las siglas que la han aupado, ICV-EUiA, Podemos y Procés Constituent. El proyecto de Colau cambia la fisonomía política de una ciudad referente a nivel mundial como marca comercial. «No confiéis nunca en que os representaremos bien», ha enunciado, como declaración de intenciones, la primera mujer que estará al mando del gobierno de Barcelona.

Pero el terremoto va más allá de una apuesta personal de Colau y tiene más que ver con el desembarco de una nueva generación a las instituciones. Guanyem Badalona, una candidatura apoyada por la CUP, Podemos e independientes que ha conseguido la hazaña de echar de la Alcaldía a Xavier Albiol, alcalde del PP que ha centrado su discurso en ser baluarte contra la inmigración. Albiol ha ganado las elecciones, pero sus postulados xenófobos han activado al resto de la oposición para plantear una alternativa en la persona de Dolors Sabater. ERC, PSC, ICV-EUiA y uno de los dos votos de CiU han convertido en alcaldesa a una mujer bregada en las luchas sociales desde la transición.

A Sabadell, pese a su embarrado escenario político, el cambio también ha llegado. El triple empate en el segundo puesto de Unitat pel Canvi –la candidatura de ICV-EUiA–, ERC y la Crida –confluencia en la que se integra la CUP–, ha acabado arrebatando la Alcaldía al PSC después de 16 años. En la quinta ciudad más poblada de Catalunya, el ayuntamiento saliente está salpicado por el «caso Mercuri», una trama de corrupción que hizo caer al hasta entonces incombustible alcalde Manuel Bustos.

Los próximos cuatro años, ERC y la Crida gobernarán Sabadell, con alcaldía rotatoria, apoyados por ICV-EUiA y el Guanyem local, una escisión de EUiA. El independentismo de izquierdas se impone, mostrando un fenómeno que ha ocurrido por todo el país. En las corporaciones locales, CiU, a nivel general, ha perdido posiciones, ganadas sobre todo por ERC y las diferentes formas en las que la CUP se ha presentado. 

A este escoramiento hacia la izquierda del proceso no solo han contribuido las candidaturas abiertamente independentistas. Barcelona en Comú, sin ser una formación partidaria de la independencia, ha hecho gestos claros en favor de los derechos nacionales catalanes, algo que ha roto el marco en el que CiU se presenta como gran valedora del Procés. «Deseo que Ada Colau se convierta en la primera alcaldesa de la capital del Estado Catalán», enunció el líder de ERC, Alfred Bosch, en su toma de posesión como concejal. Los tiempos cambian, el país también y el proceso soberanista se abre más allá del restringido espacio que los pactos a dos le habían dejado hasta ahora.

Que las apuestas municipalistas consigan cambiar la realidad es el gran reto de la multitud de candidaturas de la izquierda alternativa que este fin de semana se han hecho con el poder local. Pero las confluencias tienen ahora un antecedente exitoso y en el horizonte se perfila ya la posibilidad de formar una candidatura amplia que dispute a Artur Mas la presidencia de la Generalitat en las próximas autonómicas. ICV-EUiA apuesta decididamente por una unión con Podemos, mientras que Procés Constituent se debate entre sumarse a una candidatura federalista u optar por la CUP. Estos últimos son reacios a listas ambiguas en lo nacional, pero intentan integrar a sectores amplios de las luchas sociales ante unas elecciones en las que los sondeos les pronostican cuotas desconocidas. El terremoto que ha cambiado el mapa local podría ser una anécdota si se configura algo parecido a la «Catalunya en Comú» que diversos sectores reclaman.