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parís

París exhibe indignación con EEUU pero no quiere una crisis

El presidente francés, François Hollande, y su gobierno dieron ayer muestras de indignación por las revelaciones sobre el espionaje por parte de EEUU a los tres últimos jefes de estado galos. Washington negó que espíe actualmente a los mandatarios franceses mientra el primer ministro, Manuel Valls, pidió a EEUU que «repare el daño causado» a las relaciones entre ambos aliados que, sin embargo, dejaron claro que no quieren ponerlas en peligro.

El presidente francés, François Hollande, advirtió ayer de que «Francia no tolerará ninguna actuación que ponga en peligro su seguridad», al reaccionar a las informaciones sobre el supuesto espionaje de Estados Unidos a los tres últimos jefes de Estado galos. Hollande consideró «inaceptable» este espionaje y el Gobierno francés adoptó una postura de gran indignación, pero evitó llevar el caso a una crisis que perjudique a las relaciones con su aliado.

Según los documentos de Wikileaks publicados en el diario “Libération” y el portal Mediapart, los espías estadounidenses vigilaron, al menos entre 2006 y 2012, a los tres últimos presidentes franceses, Jacques Chirac, Nicolas Sarkozy, y al propio François Hollande.

El presidente francés reaccionó reuniendo con urgencia un Consejo de Defensa, convocó a la embajadora estadounidense, anunció el envío de un alto responsable de Inteligencia a EEUU, e incluso telefoneó a Barack Obama.

Pero el portavoz del Gobierno, Stéphane Le Foll, se encargó de moderar el tono. «Lo que ha pasado no es aceptable, pero eso no quiere decir que vamos a entrar en una crisis». «No entremos en una crisis. Hay que reflexionar sobre lo que se dice. Ya hay suficientes crisis», insistió.

Como ya ocurriera en el caso alemán, –también Angela Merkel fue objetivo de la NSA– el espionaje entre aliados provocó una viva reacción inicial, que no llega a poner en cuestión las prácticas de espionaje ni las relaciones entre aliados.

El primer ministro francés, Manuel Valls, subrayó que EEUU ha violado la confianza de su país y pidió que repare el daño que ha causado a las relaciones bilaterales esa práctica «inaceptable» En la sesión de control al Gobierno en la Asamblea Nacional, el primer ministro tachó ese espionaje de «muy grave y anormal entre Estados democráticos aliados» y consideró que no es legítimo proceder a ese tipo de vigilancia «en nombre de los intereses nacionales».

Valls opinó que Washington debe ir más allá de los compromisos expresados en 2013, cuando aseguró haber puesto fin a esas prácticas, y abogó por el establecimiento de «un código de buena conducta» en materia de información y de respeto de la soberanía política entre aliados. Por su parte, la Casa Blanca aseguró que EEUU no espía actualmente las comunicaciones de Hollande, sin precisar las operaciones que pudo llevar a cabo en el pasado. «De hecho, como hemos dicho anteriormente, no llevamos a cabo ninguna actividad de vigilancia en el extranjero salvo que haya una razón específica y comprobada de seguridad nacional», agregó,

Hollande llama a Obama

Hollande telefoneó a Obama y, según el Elíseo, reiteró que está cumpliendo la promesa de «acabar con prácticas del pasado inaceptables entre aliados». «Hemos cumplido con el compromiso que hicimos a nuestros homólogos franceses a finales de 2013 y que no estamos interviniendo y no vamos a intervenir las comunicaciones del presidente francés», indicó. Asimismo, Obama subrayó los esfuerzos de EEUU para tener «una relación de inteligencia productiva e indispensable con Francia».

Pero es improbable que el caso lleve a una crisis diplomática prolongada entre los dos países, implicados y aliados en varios conflictos y crisis en el mundo, a pesar del elevado tono del Gobierno francés en el primer momento y de la «cólera legítima» de la que hizo alarde Valls.

Entre las medidas de ese primer momento de «indignación», el ministro de Exteriores, Laurent Fabius, convocó a la embajadora de EEUU, Jane Hartley, a la que demandó «respuestas rápidas». Además, el coordinador nacional de Inteligencia, Didier Le Bret, se trasladará a EEUU en los próximos días para tratar las las «disposiciones» suscritas por ambos estados en materia de espionaje.

Asimismo, Hollande se reunió con Valls, y los ministros de Exteriores, Defensa e Interior, acompañados por los más altos cargos militares y de los servicios de Inteligencia del país. El presidente francés también recibió a los principales líderes parlamentarios para hacer un balance sobre el escándalo.

Las revelaciones suscitaron la condena unánime de todos los grupos políticos, desde la izquierda a la extrema derecha. Sin embargo, Jacques Chirac y Nicolas Sarkozy mantuvieron silencio, aunque, según el entorno de este último, estima estos métodos de espionaje inaceptables en general, «y más particularmente entre aliados».

El senador conservador François Baroin reclamó «una fuerte respuesta del presidente. Este asunto es escandaloso. Hay que pedir explicaciones muy claras». «¿Cómo un país que coloca las libertades individuales por encima de todo puede pisotearlas?», se interrogó el PS. «Esas escuchas, que se añaden a las ya conocidas sobre la vida privada de nuestros compatriotas, son una amenaza directa para nuestra independencia nacional, la soberanía de Francia y su seguridad», indicó la presidenta del FN, Marine Le Pen.

«Los franceses tienen el derecho de saber que el Gobierno que han elegido ha sido objeto de una vigilancia hostil por parte de un supuesto aliado», afirmó el fundador de Wikileaks, Julian Assange, que prometió más revelaciones próximamente.

El exasesor de la NSA Edward Snowden ya reveló en 2013 datos sobre el vasto sistema de vigilancia de conversaciones telefónicas y comunicaciones en Alemania, que llegó incluso a un teléfono móvil de la canciller, Angela Merkel, durante varios años. También se han conocido los casos de espionaje británico a los países del G20 o por parte de la NSA en sedes de la UE.

Le Pen y Mélenchon piden parar la negociación del TTIP

La presidenta del Frente Nacional, Marine Le Pen, y el líder de la izquierda, Jean-Luc Mélenchon, reclamaron la paralización de las negociaciones entre la UE y EEUU sobre el Tratado Transatlántico de Libre Comercio (TTIP) por el escándalo del espionaje. «EEUU es una potencia hegemónica dispuesta a todo para aumentar su control sobre nuestro país», advirtió Le Pen. «La paralización de las negociaciones se impone con absoluta urgencia», subrayó Mélenchon. El TTIP relajaría las garantías sanitarias, laborales o ambientales de los Estados y supedita a un arbitraje privado cualquier litigio de las grandes empresas. El ministro francés de Agricultura, Stephane Le Foll comenzó ayer una visita a EEUU en la que hablará sobre ese acuerdo y dijo que «no hay razón» para cancelarlo. El fundador de Wikileaks, Julian Assange, advirtió de que «están en juego los intereses económicos de Francia. El espionaje de EEUU afecta también a las empresas, al empleo y al paro en Francia». GARA

Ser objeto de espionaje «viene con el puesto»

Las revelaciones publicadas por “Liberation” y Mediapart consisten en cinco informes, clasificados «Top-Secret», de la NSA, basados en «intercepciones de comunicaciones». El más reciente es del 22 de mayo de 2012, unos días después de la entrada en funciones de François Hollande y menciona reuniones secretas destinadas a hablar de una eventual salida de Grecia de la zona euro. «Hollande está muy preocupado por Grecia», escribe la NSA, que afirma que también se reunió con la canciller alemana, Angela Merkel, en Berlín el 15 de mayo de 2012. De su homóloga dice que estaba «obnubilada por el ‘pacto presupuestario’ y sobre todo por Grecia a la que dejó caer, según él, y no hará nada». Sobre Nicolas Sarkozy, la NSA asegura que, después la crisis financiera de 2008, atribuye gran parte de los problemas a errores de EEUU pero «cree que Washington ahora tiene en cuenta algunos de sus consejos» Según Sarkozy, es la primera vez que EEUU no ha actuado como líder en la gestión de una crisis mundial y Francia va a tomar las riendas». «Sarkozy se ve como el único que puede resolver la crisis financiera mundial», dice la NSA, que afirma que el expresidente francés pensaba llamar al presidente ruso de la época, Dimitri Medvedev, para «una eventual iniciativa común» sobre las negociaciones entre israelíes y palestinos, pero «sin EEUU». El 24 de marzo de 2010, la NSA transmitió las notas de una conversación entre el embajador francés en Washington, Pierre Vimont, y el asesor diplomático de Sarkozy en el Elíseo, Jean-David Levitte, en la que hablaron de los temas que el presidente francés quería abordar con Barack Obama.

«El intercambio demuestra que París es perfectamente consciente del espionaje estadounidense», asegura el portal Mediapart. Contactado por este medio, Levitte no se manifestó sorprendido de haber sido espiado. «Cuando fui embajador ante la ONU y después en Washington, y en mis funciones en el Elíseo, tanto con Jacques Chirac como con Nicolas Sarkozy, siempre partía de la base de que era objeto de escuchas. Esto viene con el puesto. Una vez que lo has asumido, uno se adapta a sus prácticas», reconoció. GARA