Amaia U. LASAGABASTER
PLAY-OFF

Jugar, sufrir, crecer y disfrutar

Dos décadas después, el Bilbao Athletic regresa a Segunda A. Los cachorros celebraron el ascenso en un agónico encuentro.

CÁDIZ 1

BILBAO ATHLETIC 1


Un broche de oro para recuperar la plata. José Ángel Ziganda completa un ciclo sensacional al frente del Bilbao Athletic devolviendo al filial rojiblanco a Segunda A 19 años después de que perdiera la categoría. Dos décadas resumidas en esta última temporada, en la que los cachorros han jugado, han sufrido, han crecido y, desde luego, han disfrutado. Todo lo mejor que se puede esperar de un filial que, como reconocía ayer el técnico navarro, además de aprobar, se ha hecho con un máster.

La alegría para el club es, en ese sentido, absoluta. No solo el salto de los futbolistas hacia el primer equipo será ahora menor, con el filial solo una categoría por debajo, sino que los jugadores con los que ha trabajado Ziganda han adquirido una experiencia inmejorable en su formación, tras un año extenuante en el plano físico y sumamente exigente en el competitivo.

Pero los rojiblancos han sabido sobreponerse a las contrariedades durante el curso, como lo hicieron ayer, cuando la dificultad alcanzó su máxima cota. En un Carranza abarrotado, con el termómetro alcanzando los cuarenta grados y un Cádiz dispuesto a morir matando –literalmente dio esa imagen durante algunas fases del choque–, pareció por momentos que los dos goles de ventaja de la ida se iban a quedar cortos.

Porque los andaluces saltaron al campo como si no hubiera un mañana y porque en solo nueve minutos se metían de nuevo de lleno en la eliminatoria gracias a una medio chilena de Jona en el área que llevaba el 1-0 al marcador. El Bilbao Athletic sufría en defensa y solo alcanzaba a ver de lejos a Aulestia, maniatado por la expeditiva labor defensiva del Cádiz, con la que contribuyó el árbitro, excesivamente permisivo. En la media hora que esperó Ortiz Arias para mostrar la primera amarilla, algún futbolista incluso podía haberse ido ya a la caseta.

Contra todos esos elementos se mantenía en pie, a duras penas, el filial rojiblanco. Que se quedó sin respiración en el cuarenta, con un disparo de Juan Villar al larguero, y maldijo su mala suerte cinco después, con un contragolpe que debió haber sido letal pero que Sabin Merino envió fuera.

Tras el descanso, el Bilbao Athletic pareció encontrarse mejor. Al menos lo suficiente para que Remiro no tuviese que chupar tanta cámara. Pero el cansancio no tardó en hacer mella en ambos bandos. Lo que unido a los cambios, forzosamente ofensivos, de Claudio Barragán, devino en unos treinta minutos finales no aptos para cardíacos. Sufrían los vizcainos, ante un rival volcado, pero también los andaluces, con cada vez más huecos a la espalda. Otros dos palos, un por portería, elevaron la tensión al máximo, hasta que Néstor Salinas, con un contraataque de libro, liberó la espita en el descuento. El ascenso era rojiblanco.

«Satisfacción» del técnico y «locura» de los jugadores

«Es una satisfacción tremenda», resumía Ziganda a la conclusión del choque. El técnico, que se reconoció la «persona más feliz del mundo», aseguró que sus jugadores «están como locos» con la consecución del ascenso.

En lo que respecta a lo sucedido en el Carranza, Ziganda lo calificó como «su primera final de Copa». «Ha sido su primera gran prueba, en la que se ha sufrido mucho, pero el máster está aprobado», se felicitó el técnico, «orgulloso» por el trabajo de un equipo «que no ha frenado nunca». GARA