GARA
ATENAS
REFERÉNDUM SOBRE LA AUSTERIDAD EN GRECIA

Calma en Grecia en el primer día de control de capitales

Los ciudadanos griegos vivieron ayer con incertidumbre, pero con calma, el primer día del cierre de bancos y control de capitales, medidas que Bruselas consideró «justificadas».

Grecia amaneció ayer con los bancos cerrados tras las medidas de control de capitales acordadas por el Gobierno de Alexis Tsipras. Los cerca de 5.500 cajeros automáticos empezaron a funcionar a mediodía de manera gradual, tal y como se preveía, pero la calma, a pesar de la incertidumbre, era la tónica general entre los ciudadanos, que hicieron cola en muchos de ellos por temor a que se quedaran sin dinero que poder retirar. Unas 140 sucursales operaron para pagar a los pensionistas muchos de los cuales no cuentan con tarjetas bancarias, cuyo uso en Grecia está mucho menos extendido que en otros estados de la Unión Europea.

El cierre de bancos se prolongará hasta el 7 de julio, pero al tiempo se anunciaron medidas para facilitar la vida cotidiana –y para reducir la demanda de combustible–, como la gratuidad del transporte público, salvo donde el servicio es gestionado por empresas privadas.

También en los comercios la situación era de aparente normalidad, incluso en las tiendas que no venden artículos de primera necesidad la afluencia parecía normal. La situación era más pesimista en el mercado central de la capital.

Los griegos comenzaban a dividirse entre quienes apoyan al Gobierno y son partidarios de «dar una lección de democracia» y quienes promueven la «propaganda del miedo». Temor por el que no se dejaron llevar quienes vivieron la II Guerra Mundial y su estela, así como las consecuencias derivadas de la política de austeridad impuesta por la Troika, quienes creen que ya han vivido lo peor.

Además del cierre de los bancos, la limitación a un máximo de 60 euros por titular de cuenta en la retirada de efectivo en los cajeros y de la exclusión de las restricciones del pago de las pensiones, el decreto precisa que se mantiene abierta la posibilidad de pagar con tarjeta y las transacciones nacionales por Internet. Los pagos al extranjero, en cambio, quedan limitados a las necesidades urgentes, como el abono de facturas médicas la compra de medicamentos.

Establece que los salarios podrán pagarse a través de transferencia electrónica a una cuenta bancaria, igual que el pago de facturas, hipotecas y préstamos. Las transacciones a cargo del estado no tendrán limitación.

La Comisión Europea estimó ayer «justificados» los controles de capital anunciados, aunque subrayó que ahora «el principal e inmediato reto» del Gobierno es mantener la estabilidad financiera. El comisario europeo de Asuntos Financieros, Jonathan Hill, sostuvo que las medidas parecen «necesarias y proporcionadas en este momento» y agregó que la libre circulación de capitales deberá ser reintroducida «tan pronto como sea posible».

El «No» de Krugman y Stiglitz

Los premios Nobel de Economía estadounidenses Paul Krugman (2008), muy crítico con las recetas de ajuste fiscal aplicadas en Europa para salir de la crisis, y Joseph Stiglitz (2001), algo más cauto, se expresaron ayer a favor de votar «No» en el referéndum del próximo domingo.

Krugman afirmó que «una austeridad aún más dura es un callejón sin salida» en un país que después de cinco años está «peor que nunca», y que «lo peor del temido caos por la salida de Grecia del euro ya ha ocurrido». Con los bancos cerrados y el control de capital «no hay mucho más daño que hacer».

Stiglitz, por su parte, sostuvo que el «Sí» supondría «una depresión casi sin fin», mientras que el «No» abre la posibilidad de que Grecia, «con su fuerte tradición democrática, pueda asir su destino en sus manos» y «modelar un futuro más esperanzador que la inconsciente tortura del presente».