Las más de 85.000 firmas que la federación de padres y madres separados Kidetza presentó para impulsar una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) han sido la semilla que ayer, tras más de tres años de tramitación parlamentaria, germinó en la conocida como ley de custodia compartida. La votación final se desarrolló en la Cámara de Gasteiz sobre lo previsto. El texto contó con los votos a favor de PNV, PP y UPyD, la abstención de PSE y los votos en contra de EH Bildu.

Finalmente, y tras su correspondiente negociación, se aprobó también con el respaldo de los mismos grupos la «retroactividad» de la ley, es decir, que a partir de ahora esta será de aplicación a la revisión judicial de los convenios reguladores y de las medidas judiciales adoptadas con anterioridad a su entrada en vigor «cuando alguna de las partes o el Ministerio Fiscal soliciten la aplicación de esta norma y el juez estime que se dan las circunstancias recogidas en la misma».

La nueva norma establece que cada uno de los progenitores, por separado o de común acuerdo, podrán solicitar al juez la custodia compartida de los hijos e hijas en común, sin que la oposición de una de las partes sea obstáculo para no darla.

Además, detalla que la oposición a la custodia compartida de uno de los progenitores o las malas relaciones entre ambos «no será obstáculo ni motivo suficiente para no otorgar la custodia compartida en interés del menor».

De esta forma, el juez, «a petición de parte», adoptará la custodia compartida «siempre que no sea perjudicial para el interés de los menores».

La futura ley que regulará la custodia compartida en la CAV lleva como título «Ley de corresponsabilidad parental y relaciones familiares en casos de ruptura de la convivencia de los padres con hijos a su cargo o parejas sin hijos».

Respecto al uso de la vivienda, el juez lo atribuirá teniendo encuentra «lo que sea más conveniente para el interés superior de los hijos, los criterios de necesidad de los progenitores y la titularidad de la vivienda».

En este sentido, otorgará el uso de la vivienda familiar «preferentemente» al progenitor al que le corresponda la custodia, aunque podrá atribuirla al que, sin tenerla, encontrara «mayores dificultades de acceso a otra vivienda», siempre que el otro tenga «medios suficientes» para cubrir la necesidad de vivienda de los hijos y fuera «compatible con el interés del menor».

La norma precisa que su atribución por «razones de necesidad» se hará con carácter temporal y por un máximo de dos años prorrogables.

Debate parlamentario

Los grupos que votaron a favor lo hicieron porque consideran que es la fórmula que «mejor conjuga los derechos de los menores», en palabras de Laura Garrido (PP). Desde el PNV, Amaia Arregi puso en valor que se elimine el «veto» que antes podía poner una de las partes de la pareja separada y defendió que «los menores tienen derecho, tras una ruptura sentimental, de pasar el máximo tiempo posible tanto con su madre como con su padre».

Por cierto, el modelo «padre-madre» se impuso en boca de la mayoría de los intervinientes y fue una constante. La parlamentaria Miren Gallastegi (PSE) fue la única que citó otros modelos de familia como los compuestos por «padre-padre» y madre-madre», dijo textualmente.

La abstención de su grupo la argumentó con que hoy día las custodias compartidas se dan «casi de oficio», una afirmación que tras el debate desmintió a GARA el presidente de Kidetza, Justo Sáenz. Según sus datos, en 2014 solo al 12% de las parejas separadas o divorciadas se les concedió este régimen. «En el 86% de los casos, la custodia se la dieron exclusivamente a la madre», añadió.

Tanto Gallastegi como Diana Urrea (EH Bildu) coincidieron en señalar la necesidad de estudiar cada caso «uno a uno» porque, en opinión de la parlamentaria abertzale, «cada familia y cada menor es un mundo».

Por ello, EH Bildu abogó en su planteamiento por que se haga «un traje a medida para cada situación», en la que debe prevalecer «siempre» el bienestar y los intereses de los hijos e hijas de la pareja separada.

Ambas también coincidieron en citar «el deber de la corresponsabilidad desde el nacimiento» de la niña o el niño, y no a partir de una separación o divorcio. «Se equivocan quienes afirman que la custodia compartida traerá la igualdad. Será la igualdad la que traiga la custodia compartida», opinó Gallastegi.

En ese sentido, Urrea ofreció unos datos para la reflexión. A día de hoy, el 93% de las personas que piden una reducción de la jornada laboral y el 95% de las excedencias tienen nombre de mujer. «La división sexual de las responsabilidades hay que erradicarla», pidió Urrea, que insitió que EH Bildu no está «ni a favor ni en contra» de la custodia compartida, sino a favor de la protección de las hijas e hijos.

ARGUMENTOS A FAVOR Y EN CONTRA

«Se legitima una escenario excepcional que perjudica a menores que no pueden decidir sobre su situación»
EZKER ANITZA-IU

«Se ha actuado como si la igualdad existiera. La custodia compartida debe existir desde el nacimiento»
LAB

«Si no hay acuerdo entre ambas partes, la ley podría ir contra del interés superior de los hijos e hijas»
EMAKUNDE

«Elimina las dinámicas de ganadores y perdedores y favorece la coparentabilidad»
GORKA MANEIRO
UPyD

«Es la opción que mejor salvaguarda al menor para que no sea utilizado como moneda de cambio»
Laura GARRIDO
PP

«La custodia compartida no traerá la igualdad. Será la igualdad la que traiga la custodia compartida»
Miren GALLASTEGI
PSE

«Hay que estudiar cada caso. El fiscal del TSJPV y Emakunde admiten que no hay una solución única»
Diana URREA
EH Bildu

«Esta nueva ley supone un paso adelante porque elimina el ‘veto’ que podía poner una de las partes»
Amaia AGIRRE
PNV

 

La ley deja a Kidetza buen sabor de boca

«La valoración es muy positiva porque la nueva ley da respuesta a un problema social, a una problemática a la que se enfrentan anualmente 50.000 personas en la CAV». Con estas palabras resumió Kidetza el buen sabor de boca que le dejó la sesión parlamentaria de ayer. Su presidente, Justo Sáenz, puso en valor, además, que la norma tenga su origen en una iniciativa ciudadana. «La política se ha acercado a la sociedad y eso siempre es positivo», declaró a GARA.

Destacó varios puntos. Entre ellos el hecho de que, a partir de ahora, se regulen las medidas para evitar los conflictos, un escenario que «en absoluto» favorece al bienester de los menores: «Lo novedoso son los acuerdos prematrimoniales y otros tratos que se pueden adoptar antes de una posible separación».

Sobre el nuevo papel de los servicios de mediación, Sáenz quiso desmentir que sean obligatorios y aclaró que «el juez puede derivar a la pareja separada a que conozcan qué es la mediación y los servicios públicos y sociales de los que disponen para que les echen una mano, pero nada más».

Por último, y sobre la falta de igualdad denunciada por EH Bildu y PSE, desde Kidetza afirmaron que su deseo también es alcanzarla; y otro tanto con la conciliación. A este respecto, dijo que habría que analizar por qué en el seno de cada pareja se decide que sean ellas quienes piden una reducción de la jornada. A su juicio, la custodia compartida ayudaría a que las mujeres puedan desarrollar su carrera profesional, teniendo en cuenta que la mayoría de parejas separadas tienen menos de 45 años. O.L.