‘‘Argia’’ difundió ayer en su web la entrevista realizada, vía cuestionario, a dos de los portavoces de Euskal Preso Politikoen Kolektiboa (EPPK), Mikel Albisu y Marixol Iparragirre, que cumplen condena en la cárcel francesa de Réau. Llega en un momento en que las peticiones de acercamiento –a Zaballa y Mont de Marsan respectivamente– siguen su recorrido en los tribunales españoles y franceses, pero la solución a la cuestión de los presos continúa totalmente bloqueada.

Los portavoces consideran al respecto que «los pasos unilaterales» que está dando EPPK «nos llevarán hasta la puerta de la cárcel. Pero a partir de ahí, nosotros no podemos, es la ciudadanía la que tiene que hacer pasar al otro lado de la puerta».

La demanda de ayuda y unidad de fuerzas resulta constante en la entrevista, realizada por el periodista (y bertsolari) Sustrai Colina. «Aunque el estado en que nos tienen es muy difícil, estamos intentando adaptarnos a la nueva situación con total honestidad. En ese camino necesitamos ayuda para avanzar. Los estados nos tienen deportados y dispersados para que no bebamos de la realidad de Euskal Herria y su gente, para que no debatamos entre nosotros ni tomemos las decisiones que reclama el momento, intentando por enésima vez buscar divisiones y malentendidos entre nosotros», apunta Iparragirre.

 

Cambiar parámetros y sumar

En este contexto, preguntados sobre si «las aguas bajan revueltas en el seno de la izquierda abertzale», responden que «lo vivimos con preocupación e impotencia, pero también con ignorancia. Los y las presas políticas vascas estamos rehenes de los estados más que nunca», dice Iparragirre. Lo ejemplifica en el control total de las comunicaciones o las limitaciones a recibir información. Y apostilla: «Cuando el conflicto estaba en su mayor intensidad, la principal aportación del Colectivo fue resistir, y ha resistido a situaciones muy duras. En la nueva situación, tenemos que cambiar los parámetros de resistencia que nos han servido hasta ahora, para hacer nuestra aportación al proceso».

Mikel Albisu añade en este mismo punto que «vemos con preocupación la tendencia a utilizar al Colectivo. Se acude a los presos desde uno y otro lado, cada uno queriendo sacar su tanto. Hay que sumar las fuerzas que existen, en lugar de dispersarlas. Necesitamos unidad, también entre quienes están dispuestos a trabajar y luchar por los presos».

En este marco también es recurrente el debate sobre el concepto de «amnistía». Sobre ello, Iparragirre considera que «tendría que producirse un cambio en el Estado» para lograr algo así, entendido como resolución integral y no como meras excarcelaciones, «porque eso ya lo vivimos al final de la dictadura». Dicho esto, considera que «debemos ir paso a paso, sumando fuerzas, y en primer lugar configurando en Euskal Herria una mayoría social contra la dispersión y el destierro».

 

Las líneas rojas

Sobre el fondo del bloqueo existente, Albisu observa «un choque entre dos lógicas. En Euskal Herria estamos metidos en la lógica de dar pasos en favor de la resolución del conflicto, en la lógica del ‘ganador-ganador’ (win-win), aunque por los intereses de algunos partidos políticos haya dificultades para lanzar esa vía con toda su fuerza. Y en España y Francia, por contra, están en la lógica de perpetuar el conflicto, es decir, en la lógica de ‘vencedores y vencidos’».

Añade que por este motivo «el Colectivo tiene grandes dificultades para apuntalar su línea, dado que mientras los estados nos empujan a una dinámica de respuesta, el proceso de superación del conflicto en Euskal Herria lo que nos pide es llevar a cabo otras iniciativas».

Como viene haciendo EPPK en estos últimos años, Albisu e Iparragirre recalcan el interés de los estados en usar a los presos contra el proceso mismo y también contra la izquierda abertzale. Constatan que, al contrario de lo ocurrido en Irlanda o Sudáfrica, la cuestión se ubica en «la agenda de profundizar en el conflicto. La izquierda abertzale y las fuerzas soberanistas fueron las que desbrozaron el camino de la resolución del conflicto, pero los estados no quieren dar pasos ahí y algunas de las fuerzas que en el primer momento se acercaron han retrocedido. Seguramente porque una vez solucionado el conflicto, verían en riesgo sus intereses».

En varios pasajes de la entrevista a ‘‘Argia’’ se expone voluntad de nuevos avances, siempre con el respaldo popular, si bien no se concreta ninguna iniciativa próxima al margen de las peticiones de acercamiento que siguen su camino. Mikel Albisu concluye afirmando cuáles son las «líneas rojas» que se marca Euskal Preso Politikoen Kolektiboa: «Dar la espalda a la lucha en la que nos implicamos, arrepentirnos y delatar».

 

Mont de Marsanera lekualdatzea eskatzen ari dira euskal presoak

Elkarrizketa berean, EPPKk abiarazitako presoen hurbiltze eskaerak zertan diren errepasatzen dute Iparragirrek eta Albisuk. Jakina denez, Estatu espainolean daudenak Zaballara eramatea eskatzen dute, bertan biltzeko, eta, lehenengo ezetzak jaso ondoren, orain Auzitegi Nazionaleko aretora bideratzen ari dira helegiteak. Estatu frantsesean daudenei dagokienez, lekualdatzea Mont de Marsanera egitea proposatzen dela baieztatzen dute EPPKko bi eledun hauek.

«Espainian ez bezala, Frantzian oraindik ez dira behin betiko erantzunak iritsi –azaltzen du Marixol Iparragirrek–. Ia urtebetez erantzunik jaso gabe egon ondoren, eskaera zehazteko eskatzen ari zaizkigu; izan ere, Baionako kartzela txikiaz gain, Frantziak ez du Euskal Herrian kartzelarik. Hori dela eta, Euskal Herritik hurbilen dagoen Mont de Marsanekora lekualdatzea eskatzen ari gara».

Mont de Marsango espetxea Baionatik ehun kilometro ingurura dago, ipar-ekialderantz, eta 600 preso baino gehiago hartzeko gaitasuna du.

Presoak hurbiltzeko aldarrikapena asko indartu da Estatu frantsesean, lehenik iazko azaroan Baionan agerturiko indar metaketari esker, eta gero ekainaren 13an Parisen giza eskubideak oinarri izan zituen Konferentziaren bidez. EPPKko ordezkariek bertan parte hartzeko baimena ere eskatu zuten, baina epaileek, ordea ukatu egin zieten. Pasarte honetan, hain justu ere, abiatzen da ‘‘Argia’’ aldizkariak egindako elkarrizketa.

Albisuk dioenez, Pariseko Asanblea Nazionalean luzatu nahi zuten mezua «Gabi Mouescaren ahotik iritsi zen, eta alde horretatik «Konferentziak ez zuen hutsunerik izan. Besterik da Kolektiboaren presentzia fisikoak ekar zezakeena. Alde batetik, Gobernu frantsesaren aldetik aldaketa nahia irudikatuko zukeen. Gure presentzia onartu izana keinu azkar bat izango zatekeen gatazkaren konponbidearen noranzkoan. Argi dago, ordea, bestelako keinu eta jokabideetan ari dela Gobernu frantsesa, polizia operazio, epaitegietako zigor gogor eta kartzelako politikari begiratzea aski da», adierazi du Mikel Albisuk. Iparragirreren aburuz, «epaile eta fiskal frantsesen ebazpenak eta argudioak eskandaluzkoak dira, Espainiako eskuindarren diskurtsoa darabilte baldintzapekoak ukatzeko orduan, Estatu espainiarren morroi agertzen dira».

Pariseko Konferentziara itzuliz, «balorazio oso positiboa» egiten du EPPKk: «Konferentzia bera egin izana arrakastatzat jotzen dugu. Gainera, bertan egindako adierazpenak eta Gobernu frantsesari egindako deia, gatazkaren konponbidean aurrera egiteko, egokiak direla deritzogu». Zer esanik ez Ipar Euskal Herrian sorturiko lan komunaz: «Klase politikoa» zein jendartea, egoerari «eskuzabalki eta baikortasunez erantzuten asmatzen ari direla» diote.R.S.

 

Otros apuntes

«Los encuentros entre personas afectadas por el conflicto serán beneficiosos en la medida en que ayuden a poner el conflicto en vías de solución»

 

«Se oculta que EPPK dijo en 2013 que reconocía sinceramente el sufrimiento multilateral (...) Y por otro lado, como declaró Pablo Gorostiaga, ¿a quién debe pedir perdón él? ¿Y Salutregi, director de ‘Egin’?»

 

«Ya dijimos que en las propuestas de Lakua había puntos para buscar consenso. Pero antes de eso, hay iniciativas que se pueden tomar ya»

 

MIKEL ALBISU Y MARIXOL IPARRAGIRRE EPPK