Begoña Zabala González
Emakume Internazionalistak
KOLABORAZIOA

El miedo va a cambiar de bando

Iruñea estalla de prefiestas sanfermineras. Estalla, además, la explosión del cambio. Se avecina un tiempo de subidón y disfrute, como para no perdérselo por nada de este mundo.

Dentro de este hervidero pamplonés, va apareciendo, primero sinuosamente, y más tarde con descaro y omnipresencia, una campaña pintada de negro, que estampa la firma de «farrukas». Digo pintada de negro, porque en las imágenes aparecen mozas vestidas de negro y encapuchadas con pasamontañas. El llamamiento es a la realización de una manifestación el día 4 de julio, sábado, a las once de la noche para recorrer las calles del Casco Viejo. El lema central, muy al uso: “Aldaketa garaia da. Beldurra lekuz aldatuko dugu” (Es el tiempo del cambio. Vamos a cambiar de bando al miedo).

Esta campaña se está llevando fundamentalmente a través de las redes, donde pueden verse pequeños videos-anuncio animando a la participación y explicando el sentido de la movilización.

Toda ella rezuma eslóganes feministas, autoafirmativos y de denuncia del machismo y su violencia. La presencia del clásico gora borroka feminista es constante. La vestimenta negra y la cabeza tapada, son el símbolo visible que refuerza una imagen de activismo peleón. Sin concesiones. Afirman que las mujeres nos tapamos la cara cuando así lo decidimos, para denunciar la invisibilización que el patriarcado nos impone. No serán ellos los que decidan cuándo las mujeres se descubren o se tapan. Detrás de las máscaras, la mirada brillante, reivindicativa y solidaria, es la señal inequívoca de otra mujer que está al lado tuyo, y que grita «si tocan a una, nos tocan a todas».

La manifestación del año pasado iba encabezada por mozas vestidas de negro que portaban antorchas de fuego. El efecto es impactante y mágico. Esta alianza eterna entre el fuego y la magia, que nos remonta a pasados tiempos y también contemporáneos de las brujas, sirve de malla envolvente. No cabe duda de que da fuerza, fascina, visibiliza poder.... hay que decir que a la vez asusta a algunos. Algo tenía la manifestación del año pasado que, a su paso por la calles de lo viejo, abarrotadas de gente en un ambiente típico presanferminero, iba sumando manifestantes y adhesiones espontáneas, que siguieron el cortejo, para finalizar en la Plaza del Castillo con más de tres mil personas.

La afirmación de que la violencia sexista y las agresiones machistas son acciones concretas que inundan nuestra vida cotidiana, y en este caso el espacio de las fiestas, conlleva la consecuencia de la necesidad de la respuesta inmediata y eficaz. El mensaje difundido e hiperrepetido es claro: «nunca más», «ni a ti ni a ninguna otra», «responde a cada agresión», «autodefensa feminista». Se argumenta y de forma clara que a las agresiones sexistas debemos responder nosotras, las mujeres, feministas organizadas, en colectivo e individualmente, con nuestras propias herramientas, sin excluir la acción directa y el enfrentamiento. Mujeres que, además, nos sentimos y nos creamos en solidaridad. Por eso, actuamos solidarias.

La importancia de la respuesta solidaria y colectiva ante la agresión concreta es crucial en este camino que se recorre. Sobra decir que si estamos hablando de agresiones en plenas fiestas, en las calles y en los bares y en los espacios festivos generales, las mismas se están produciendo a la vista de cientos de personas. Lo que es más grave, muchas veces sucede ante la pasividad de muchas personas que normalmente se sienten incómodas, lo comentan en círculos y, alguna vez, se atreven a llamar a los municipales. A veces sucede lo que es mucho más grave, que la cuadrilla de los machirulos jalea como valiente y viril la acción agresora. En estos momentos, para las mujeres la llamada tribal feminista se pone en marcha: si tocan a una, nos tocan a todas. Este es el momento de la contestación contundente y eficaz.

Este año los sanfermines van a ser lo más explosivo que hemos podido conocer. EHBildu en el Ayuntamiento, junto a Geroa Bai, Aranzadi e Izquierda Ezkerra, nos brinda la oportunidad de iniciar un buen recorrido para el cambio. Y es buena la idea de que también el miedo va a cambiar de bando. Nuestra libertad, la solidaridad de las mujeres, la acción feminista directa, la denuncia constante de las agresiones, y sobre todo la inmersión en la fiesta de forma total... eso sí que va a paralizar de miedo a los machirulos.