El conflicto de Laminaciones Arregui es uno de los más largos de la historia de Euskal Herria. Se remonta a mayo de 2012, cuando el grupo Celsa Atlantic presentó un expediente de extinción que suponía el despido de 352 trabajadores de las plantas de Gasteiz y Urbina.

Tras las movilizaciones y demandas judiciales, los diferentes juzgados se han ido posicionando a favor de la plantilla y finalmente, en julio de 2014, el Tribunal Supremo dio la razón a los 84 que mantuvieron la vía judicial, al declarar nulas las extinciones y ordenar su readmisión, ratificando así otra sentencia dictada en octubre de 2012 por el TSJPV, que calificaba el expediente de regulación como «una represalia empresarial» por la huelga convocada en protesta por un ERE anterior.

No obstante, la dirección ha ido retrasando el cumplimiento de la orden judicial mediante maniobras como permisos retribuidos, agrupamiento de puentes festivos o envío a los trabajadores a un curso de formación, impartido por una fundación de UGT. Finalmente, el pasado mes de abril, presentó un nuevo ERE de extinción de contratos cuyo número coincide prácticamente con el de los 84 trabajadores que ganaron la sentencia.

Aunque los despidos comenzaron a ejecutarse a principios de mes –ya se han realizado 55–, el juicio por la demanda presentada por los trabajadores no tendrá lugar hasta el martes día 14 de julio, ya que la reforma laboral «permite aplicar primero el ERE y luego presentar la denuncia», según explicaba el vicepresidente del comité de empresa y delegado de LAB, David García.

Cuando faltan unos pocos días para la celebración del juicio, «el más importante de estos tres años de conflicto», según recuerda David García, la Inspección de Trabajo ya ha emitido su informe preceptivo, que es favorable a las tesis de los trabajadores, ya que deja entrever que puede existir discriminación hacia este grupo de trabajadores. Ello ha hecho crecer las esperanzas de la plantilla para ganar el juicio y deja en evidencia, a juicio de David García, que la dirección «está utilizando este ERE como venganza» por la sentencia ganada en el Tribunal Supremo, pese a que la empresa justifica el ERE con el argumento de que le permitirá mantener «unas plantas sostenibles y adaptadas a la actual demanda».

De cara a la celebración del juicio, las secciones sindicales de ELA, LAB y ESK han convocado una serie de movilizaciones que comenzaron la víspera del día de San Juan con la quema simbólica de las cartas de despido en la hoguera del barrio Judimendi de Gasteiz. Junto a ello, han convocado una manifestación por las calles de Gasteiz que tendrá lugar este jueves, día 9 de julio, y en la que participarán «todos aquellos agentes sociales que nos han mostrado su apoyo. Aquellos que no estén –añaden estos tres sindicatos– será porque su decisión ha sido apoyar a una empresa que, amparándose en sus enormes recursos económicos, se burla de nuestras instituciones y de las instancias judiciales».

Proyecto industrial con futuro

Además de exigir el cumplimiento de las sentencias y que se reconozca su derecho al trabajo, ELA, LAB y ESK quieren reclamar a la dirección a través de esta manifestación «que en lugar de esconderse, garanticen un proyecto industrial con futuro para toda la plantilla».

Laminaciones Arregui, dedicada a la fabricación de tubos de acero y de fleje laminado, contaba en 2008 con una plantilla de 600 trabajadores, que se ha ido reduciendo progresivamente hasta los 110 con que cuenta en la actualidad. Pese a que la dirección anunció un aumento de la producción del 50% (de 2.000 a 3.000 toneladas), no tiene intención de aumentar la plantilla, según denuncia el vicepresidente del comité.