El gran auge que han adquirido las emisiones a través de internet ha provocado que gigantes como la BBC británica hayan optado por llevar a cabo medidas extremas que palien este fenómeno que está causando verdaderos estragos financieros. Esta medida extrema se ha traducido en la eliminación de más de mil puestos de trabajo, con los que se pretende equilibrar una balanza que anuncia que el  montante que dejará de percibir la cadena británica en licencias podría ascender a la nada desdeñable cifra de 211 millones de euros después del próximo año fiscal. Cabe reseñar que en Gran Bretaña cada hogar debe pagar 250 euros al año para poder ver la cadena pública.

A través de un comunicado, la BBC ha señalado que «esta reducción de ingresos se debe a que cada vez más personas usan un iPlayer, móviles y servicios en línea, mientras que el número de hogares que tienen televisores está cayendo» y, visto el epicentro de esta situación, los responsables de esta cadena que fue fundada en el año 1922 han manifestado que resulta urgente «la necesidad de que la licencia sea modernizada para cubrir servicios digitales».

Generaciones

Los datos recogidos por el regulador de telecomunicaciones de Gran Bretaña han revelado que el 69% de los adultos británicos apuestan por ver la televisión en directo. Esta cifra se reduce un 50% al tratarse de jóvenes de unas edades comprendidas entre los 16 y 24 años.

Tony Hall, director general de la cadena británica, considera que los recortes se traducirán en el ahorro de 50 millones de libras al año. El director general también ha manifestado que, más allá de los progresos realizados y que el precio de la licencia se congelase durante siete años, esta nueva perspectiva obliga a la cadena a afrontar «un nuevo desafío financiero que nos permita encontrar ahorros adicionales».