Joseba ITURRIA

Cancellara se toma con humor su año horrible

Fabian Cancellara fue el gran ausente en la salida de ayer tras confirmarse en las radiografías que le realizaron al término de la etapa de Huy que tenía una fractura de dos vértebras.

 El suizo se lo tomó con humor y colgó una foto en instagram en la que aparecía el león que le dieron como premio tras alcanzar el maillot amarillo el domingo con vendas y ensangrentado. No solo él, tampoco tomaron la salida Daryl Impey (Orica) y Andreas Schillinger (Bora), tres bajas que se sumaron a las de los cuatro corredores que no pudieron acabar la etapa: Tom Dumoulin (Giant), Simon Gerrans (Orica), William Bonnet (FDJ) y Dmitry Kozonchuk (Katusha).

La de Cancellara fue la baja más destacada porque llevaba el maillot amarillo y ayer le esperaba una etapa ideal para sus características por los 13,5 kilómetros repartidos en siete tramos de pavés. El suizo se marchaba con la misma lesión que sufrió en la clásica E3 Harelbeke en marzo, semanas antes de afrontar también sus dos principales objetivos sobre el pavés, Tour de Flandes y París Roubaix. Entonces la fractura fue de las vértebras L2 y L3 en el lado izquierdo y en la caída del lunes se fracturó las L3 y L4 en el lado derecho. Las dos caídas llegaron en el momento más inoportuno. Era una lesión conocida para él y muy dolorosa, y por eso estuvo tentado de retirarse cuando la carrera estaba neutralizada, pero el equipo le animó a acabar la etapa con el maillot amarillo.

«Es volver a la mala suerte»

Por eso el suizo lamentaba tras la retirada la mala suerte que le ha acompañado toda la temporada. «Esto es muy decepcionante para mí. El equipo estaba con la moral alta con el maillot amarillo y todos estábamos muy motivados para defenderlo. Hemos tenido un montón de accidentes y lesiones desde el inicio de la temporada, y finalmente tuvimos un gran día al conseguir el liderato, pero ahora es volver a la mala suerte. Un día ganas y al siguiente pierdes».

Cancellara ya tuvo además un problema de salud antes de correr la Vuelta a Suiza tras reaparecer en Noruega. Nada le ha acompañado este año a un corredor que alterna unos años brillantes en los que consigue grandes victorias con los negros en los que la desgracia le persigue, pero en los que su calidad le basta para dejarse ver. Le sucedió en 2012, cuando sufrió una triple fractura de clavícula en el Tour de Flandes que le impidió disputar la París-Roubaix. Como este año, se recuperó para el Tour, ganó el prólogo y llevó el amarillo siete etapas.

Cancellara, con 34 años, tenía muchas esperanzas de seguir en el liderato en Huy y aprovechar la etapa del pavés de ayer para ampliar el número de maillot amarillos, prenda que ha vestido en 29 ocasiones. Es el ciclista que no ha ganado nunca el Tour que lo ha vestido más veces, por delante de Rene Vietto (26) y Thomas Voeckler (20). El suizo lo ha vestido una vez este año, siete en 2012 y 2007, seis en 2010 y en 2009 y dos en 2004, cuando ganó su primer prólogo.

El corredor mira ya al futuro, pero la lesión es importante y necesitará tiempo para recuperarla: «Fue muy duro para volver a coger la forma después de mi accidente en Harelbeke y obtener la confianza –añadió el suizo tras su retirada–. El maillot amarillo me dio un gran impulso para la etapa de adoquines y.... Supongo que tengo que mantener lo positivo y esperamos que la segunda parte de la temporada sea mejor».

Gerrans, otro gafado

No solo todo el equipo Trek y Fabian Cancellara llevan una temporada cruzada. También el Orica GreenEdge y, especialmente, su líder Simon Gerrans. El australiano también se vio involucrado en la brutal caída del lunes y sufrió una fractura de muñeca que le obligó a abandonar de inmediato. El conjunto dirigido por Neil Stephens también perdió a Daryl Impey por una fractura de clavícula y su mejor baza para los sprints, Michael Matthews, llegaba último a meta y en la misma caída se vieron involucrados Simon Yates y Michael Albasini.

Gerrans sufre su tercera lesión casi seguida porque se fracturó la clavícula en diciembre y en su primera carrera en la Strade Bianche el 7 de marzo sufrió una fractura en la cabeza del radio de su codo. Reapareció en la Vuelta a La Rioja y en la Euskal Herriko Itzulia sin poder llegar en un buen estado de forma a las clásicas ardenesas. Tuvo un papel discreto en la Amstel y abandonó tras sufrir una dura caída en la Lieja, donde defendía el triunfo del año anterior.

No tuvo lesiones y por eso corrió el Tour de Romandía, abandonó en la quinta etapa y en el Giro, donde solo corrió trece días. Pero en Italia encontró la única alegría de la temporada al ganar la crono por equipos inicial y lucir la primera maglia rosa. Sí terminó la Dauphiné en su preparación para el Tour y en tres días se tenía que marchar para casa.

Todo el equipo australiano está tocado y buena prueba fue la etapa de ayer, en la que el mejor clasificado, Luke Durbridge, llegó a 3:41 en el puesto 85. El segundo, Adam Yates, en el 116 a 5.37. Si los hermanos Yates partían como sus mejores opciones para la general, ya perdieron cinco minutos en la primera etapa. Pese a ello, Simon es el mejor clasificado en la general del equipo australiano a 11:22 en el puesto 60º y Adam es el 71º a 12:24. Michael Matthews es el último tras llegar en ese puesto a Huy y ayer penúltimo en un grupo con cuatro Oricas. Es la demostración de que en el ciclismo y en el deporte las rachas son muy importantes. Y el domingo espera una crono por equipos que, en condiciones normales, era la prueba ideal para el Orica y que puede convertirse en una tortura con solo siete corredores y dos de ellos tocados con riesgo de perderlos.