Ylos tiempos cambian…” es un conjunto de dieciocho canciones de Bertolt Brecht, musicados por sus compositores de escena más cercanos, que con una dramaturgia de Dietmar Böck nos ofrece un recorrido por algunos de los pasajes más reconocibles de sus obras y es una lección magistral sobre la manera en que la música, las canciones, ayudaron a desarrollar el teatro épico propuesto por Brecht. Con una dramaturgia aparentemente sencilla, sin alardes, que conduce a los espectadores tanto por la biografía creativa de Brecht como por algunas de las obsesiones temáticas que le acompañaron influenciado por las situaciones políticas de la época y sus circunstancias personales. Es, por tanto, una magnífica manera de introducirse a la magna obra de unos de los autores más influyentes del siglo XX y que volvemos a sentir imprescindible por tratar de manera comprometida asuntos que hoy mismo nos conciernen: la guerra, la explotación, la miseria y las diferencias entre ricos y pobres.

Canciones que ayudan a la dialéctica escénica, que son conexiones dramáticas de primer orden, pero que la habilidad de la puesta en escena, la calidad tanto del material literario y musical, como del equipo de actores y músicos en directo, nos conducen a una explicación del mundo desde un punto de vista humanista, sin grandes discursos retóricos, simplemente buscando en todas las realidades la parte menos dogmática, más sutil, esas contradicciones que nos identifican.

Puesta en escena sencilla, vestuario neutro y una precisión de los ejecutantes en cuanto a su capacidad de mostrar ese rico mundo superpuesto sin la necesidad de sobreactuaciones, sin sobrecargar ningún pasaje, solamente siguiendo las partituras de un ordenamiento cronológico muy bien seleccionado, unas introducciones breves y mostrando todos los matices, todas las posibilidades de unas técnicas depuradas, pero cercanas, para que podamos escuchar lo que nos cuentan y hacernos partícipes de esas ideas, de esas situaciones para que podamos tomar partido.

Noche memorable. Bautismo en Brecht de muchos de los asistentes al Festival de Almada. Un espectáculo que nació como un regalo del mítico Berliner Ensemble al Téâtre de la Ville de París cuando el año pasado volvieron a representar “Madre coraje y sus hijos” por el sexagésimo aniversario de su primer estreno allí .

Un regalo extensible para todos los que amen el teatro y quieran recordar que Brecht está hoy muy vivo, que sus textos siguen siendo luminosos, de una teatralidad por encima de cualquier prejuicio. Y que sus canciones, interpretadas por actores, contenidos pero entregados, son un aviso para que se retomen sus ideas con fuerza, se revisen y monten sus textos dramáticos y se estudien sus teorías porque quizás en ellas estén soluciones prácticas a la confusión de nuestros días. Aunque los tiempos cambien, en ocasiones lo hacen sin saber hacia dónde.