Mikel ZUBIMENDI
DONOSTIA

Negocian el tercer rescate que todos saben que Grecia no podrá pagar

Ayer comenzaron las negociaciones entre la Cuadriga y Atenas para un tercer rescate. Con el objetivo de alcanzar el acuerdo en dos semanas, ambas partes quieren que todo vaya a contrarreloj. No obstante, a nadie se le escapa que como ocurriera con los dos anteriores, Grecia tampoco podrá pagar este rescate.

Es virtualmente una certeza de que en el nuevo paquete de rescate griego habrá un elemento que no será implementado. Lo sabe Tsipras y lo saben los acreedores internacionales de Grecia. Grecia nunca será capaz de pagar sus deudas. El FMI no es el único organismo en llegar a esta conclusión. Y a pesar de ello, a pesar de la brutalidad alemana mostrada frente al gobierno de Syriza y de las piruetas de un «no» en un referéndum que se convierte en «sí» parlamentario a nuevas medidas de austeridad, las negociaciones para un tercer rescate financiero comenzaron ayer a contrarreloj.

Las negociaciones sobre el memorándum de entendimiento –documento que recoge las condiciones que debe cumplir Grecia– entre la Cuadriga (CE, BCE, FMI y MEDE) y Atenas, que podrían derivar en un préstamo de 86.000 millones de euros en tres años, corren prisa. El gobierno de Syriza, necesitado de liquidez y con fracturas internas que abordar, sigue dispuesto a evitar «el desastre para el país y el colapso de los bancos» que supondría el Grexit. La Cuadriga, por su parte, aclara que Grecia no tiene libertad de elección y que su soberanía es ilusoria a la hora de decidir cuáles son las siguientes reformas. Pero ambos bandos, conscientes de que por sí solo este rescate no sacará a Grecia de la recesión y que el paro aumentará, quieren ver el acuerdo concluido en dos semanas. A pesar de los obstáculos, quieren que todo vaya rápido, lo cual no es sinónimo de que las cosas se hagan y vayan bien.

La sombra de Schäuble

Aunque una docena de técnicos de la Cuadriga visitaban ayer la Secretaría General de Contabilidad y otro equipo de técnicos empezaba las conversaciones con el Banco de Grecia, a nadie se le escapa que en última instancia es Wolfgang Schäuble, ministro alemán de Finanzas, quien elaborará los detalles del nuevo paquete de rescate. Y como están las cosas, que la persona que mejor ejemplifica la brutalidad alemana utilizará todas las oportunidades para hacer más difícil la vida a Tsipras.

Schäuble rompió el tabú al proponer un Grexit temporal de cinco años. Tiene a una mayoría de conservadores alemanes de su parte que no se conforma con que Angela Merkel dé básicamente forma a muchas de las políticas domésticas griegas. Bajar las pensiones o subir los impuestos según su dictado no es suficiente para alguien que ha hecho del pago de las deudas una creencia religiosa.

Y paradojas de la vida, tanto Schäuble como Tsipras, coinciden en que este rescate volverá a fracasar como los anteriores. El alemán apuesta abierta- mente por el Grexit, el griego por una quita sustancial de la deuda. Las espadas siguen afiladas y en alto.

Y después del rescate, a preservar la unidad de Syriza

Es un hecho innegable, pero normal e inevitable para un partido que ha sido forzado a crecer mucho en poco tiempo: el tercer rescate ha generado un nivel de fractura serio en Syriza.

Como está previsto en sus estatutos, Syriza prepara un congreso extraordinario para aclarar las diferencias de orientación estratégica mediante un debate sobrio y maduro.

Alexis Tsipras, de convicciones fuertes y habla tranquila, espera salir fortalecido de un congreso al que la UE mirará de cerca. M.Z