Mikel INSAUSTI
GHADI

Fábula costumbrista sobre la santidad de los discapacitados

La ópera prima del libanés Amin Dora fue seleccionada para los Óscar por su país, aunque la autoría recae sobre el guionista y actor principal Georges Khabbaz. Con el apoyo de la voz en off nos introduce en una pequeña comunidad costera, concretamente en el barrio de Mshakkar, perteneciente a la localidad de Matroun. Y así va presentando a los distintos y curiosos personajes que la componen, describiendo sus defectos, pero sin llegar a ensañarse con ellos.

“Ghadi” es una bella y divertida fábula costumbrista, narrada en clave de realismo mágico. El protagonista es un maestro local que lleva una existencia tranquila, hasta que nace su tercer hijo con síndrome de Down. El niño pasa la mayor parte del tiempo al fresco en el balcón de su casa, pero emite unos gritos que molestan a la vecindad. La pequeña comunidad no tarda en reaccionar en contra del pequeño, recomendando su internamiento en un centro especial. Para el padre eso supondría separarse de su querido Ghadi, porque tendría que desplazarse muchos kilómetros para poder visitarle.

Hasta ahí, el padre entiende el problema generado y respeta la oposición creada, pero lo que ya no está dispuesto a admitir es que, dentro de la superchería popular, califiquen al crío de ser demoníaco o despositario de una maldición. Muy por el contario, él lo ve como un ángel, así que está dispuesto a que pase por tal también ante los ojos de los demás, para lo que se inventará un milagro con falsos testimonios y trucos de teatro aficionado.

En este punto “Ghadi” deja sentir con fuerza la influencia de Berlanga y su obra maestra “Los jueves milagro” (1957), con la que guarda no pocas similitudes. El tema de fondo es el que cambia, porque la película libanesa trata de ridiculizar los prejucicios todavía existentes en las pequeñas comunidades cerradas contra la discapacidad, sin contemplar su inserción con paciencia y cariño.

Honi buruzko guztia: GHADI