Mikel CHAMIZO
 DONOSTIA

La Quincena Musical vestirá el agosto donostiarra de música clásica

La Quincena Musical de Donostia da inicio mañana a su edición número 76. Traerá consigo alrededor de setenta propuestas musicales, la mayoría clásicas pero abarcando todo tipo de genéros y formatos, que llegarán a los diversos escenarios donostiarras y de otras localidades de Euskal Herria hasta el próximo 30 de agosto. La ópera, la danza y la visita de cuatro prestigiosas orquestas extranjeras se cuentan entre los mayores atractivos de la programación. 

Como cada verano desde 1939, la llegada del mes de agosto implica para los aficionados a la música una nueva cita con la Quincena Musical donostiarra. El festival clásico, el más antiguo entre los que se celebran en el Estado español, alcanza en el 2015 su edición número 76 y lo hace con una programación que mantiene el impulso al alza que tomó el pasado año, cuando la Quincena celebró sus tres cuartos de siglo con una tregua en los recortes presupuestarios que habían ido menguando su programación en los años previos. Esta edición, que comienza mañana y se clausurará el 30 de agosto, vuelve a ofertar una amplia variedad de propuestas musicales, alrededor de setenta, que abarcan desde los espectáculos infantiles y la música contemporánea hasta los grandes conciertos sinfónico-corales que se celebrarán en el Kursaal. 

 

Grandes citas sinfónicas

La primera orquesta en actuar en la Quincena Musical será la Mahler Chamber Orchestra, y lo hará mañana mismo, a las 20.00 en el Kursaal, como punto culminante de los quince espectáculos que el festival desplegará a lo largo de su jornada inaugural. La MCO, surgida en 1997 del seno de la Gustav Mahler Jugendorchester, se convirtió pronto en una de las orquestas de cámara más prestigiosas de Europa y es reconocida por su modernidad en la interpretación del repertorio clásico, que abordan en un punto intermedio entre la tradición sinfónica y las nuevas modas introducidas por el movimiento de la música antigua. La última vez que visitaron Donostia fue en el 2010, acompañados de Daniel Harding, con quien ofrecieron un Mozart memorable. El repertorio clásico volverá a ser centro de sus dos actuaciones en Donostia –dan un segundo concierto el día 2–, con obras de Haydn, Mozart, Beethoven y Prokofiev, comandados en esta ocasión por un director austriaco de pura cepa y que conoce como nadie los entresijos estilísticos de la música de estos compositores: Manfred Honeck, de la Sinfónica de Pittsburgh.

Pasarán quince días hasta que se suba otra gran orquesta extranjera al escenario del Kursaal, un conjunto bien conocido por el público donostiarra. Se trata de la Orquesta Filarmónica de San Petersburgo liderada por su incombustible kapellmeister Yuri Temirkanov, tándem que visitó por última vez la Quincena en 2012, con dos conciertos centrados en su especialidad, la música rusa, firmando poderosas versiones de obras de Tchaikovsky y Shostakovich. Este verano volverán a ofrecer dos actuaciones, pero la primera de ellas, la del día 17, con un repertorio menos esperado: Elgar y Ravel. Del músico vasco tocarán el célebre “Concierto en Sol” junto al pianista Javier Perianes. El día 18 los rusos volverán a su especialidad con una de las obras más interpretadas en Donostia en los últimos tiempos: “Alexander Nevski” de Prokofiev, gran cantata bélica que abordarán junto al Orfeón Donostiarra.

El Orfeón volverá a participar en una de las citas más esperadas de esta edición de Quincena. Será el 25 de agosto, con la Orquesta de Cadaqués y junto a un estupendo cuarteto de solistas entre los que destacan Marianna Pizzolato y Celso Albelo, cuando el mayor especialista en Rossini del mundo, Alberto Zedda, interprete “La muerte de Didone” y el “Stabat Mater” del compositor de Pésaro.

En la recta final del festival llegarán aún otras dos grandes orquestas. El 26 y 28 hará doblete la Orquesta de la Radio de Colonia, acompañada del magnífico director Jukka-Pekka Saraste, para un programa en torno a Bartók y Bruckner el primer día y el célebre “Réquiem alemán” de Brahms el segundo, este último nuevamente junto al Orfeón Donostiarra, que tiene un verdadero protagonismo en esta edición del festival. La clausura de la Quincena Musical, que será el día 30, queda en manos de la Orquesta Filarmónica de Oslo y su controvertido director Vasily Petrenko –no Kirill Petrenko, nuevo director de la Filarmónica de Berlín–. Ofrecerán dos obras conocidísimas como son la “Sinfonía nº4” de Tchaikovsky y el “Concierto para violín” de Brahms, con Vilde Frang como solista.

 

Más que sinfónico       

Aunque las citas del Kursaal son las que congregan a más melómanos, la verdadera magia de la Quincena Musical se esconde entre la infinidad de conciertos de pequeño formato. El día 10 estará en el Victoria Eugenia el que es, para muchos, el mejor pianista de la actualidad: el ruso Grigory Sokolov, que hace apariciones públicas con cuentagotas y además llegará con una de sus grandes especialidades, la música de Schubert. Tampoco habría que perderse la mezcla de clásico, pop y rock que realiza el cuarteto de cuerdas femenino Stradivarias, el 24 en el Victoria Eugenia. Entre la semana dedicada a la música antigua destacamos dos recitales: el de Forma Antiqva, con su premiado “Concerto Zapico”, y el recital de Raquel Andueza con La Galanía, el 4 y 5 de agosto, respectivamente. El Ciclo de Música Contemporánea, el más comprometido del festival, llegará en la última semana de agosto con una temática en torno a las guerras que asolan el Mediterráneo y conjuntos fantásticos como Neue Vocalsoliten o el Ensemble Recherche. 

Señalar por último que la programación de Quincena no se queda en los límites de Donostia. En los últimos años el festival ha multiplicado su presencia en Gipuzkoa, Bizkaia y Araba, y este verano volverá a ofrecer hasta 18 conciertos en localidades como Senpere, Araia, Mutriku, Andoain u Hondarribia, además de las tradicionales excursiones musicales a Leire y Arantzazu.

 

La ópera, la danza y los homenaje a José María Usandizaga, citas destacadas

Aunque hace unos años vio peligrar su continuidad, la Quincena Musical ha encontrado los medios para seguir programando un título operístico cada verano. Esta vez será los días 13 y 15 de agosto, y el elegido, uno de los títulos más populares del repertorio: “Tosca”, de Giacomo Puccini. La versión que veremos en Donostia es una producción de corte clásico estrenada el pasado año en el Liceu de Barcelona y que ha pasado también por el Maestranza de Sevilla. Con dirección escénica de Paco Azorín y la Orquesta Sinfónica de Euskadi en el foso, la principal atracción vocal será la soprano tolosarra Ainhoa Arteta afrontando el papel protagonista, que debutó hace solo un año en Bolonia. Y no será la única ópera de esta edición. Aunque sea sin escena, la Quincena ha programado también uno de los títulos fundacionales de la ópera vasca, “Mendi Mendiyan”, que el donostiarra José María Usandizaga finalizó en 1910.

En el tablón de deseos del público que la Quincena Musical colocó el pasado año en el Kursaal hubo una petición que ganó por gran mayoría, la danza, que en esta edición se verá representada por el flamenco de la bailaora Sara Baras, quien llegará con su espectáculo “Voces” los días 20 y 21 de agosto. En él rinde homenaje a grandes voces flamencas como las de Paco de Lucía, Camarón  o Enrique Morente.  M.C.