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TEL AVIV

Un bebé palestino muere abrasado vivo en un ataque de colonos judíos

Un bebé murió quemado vivo y sus padres resultaron heridos graves cuando unos colonos judíos prendieron fuego a su casa en la Cisjordania ocupada, un ataque calificado de «terrorista» incluso por los gobernantes de Israel. Este calificativo, inusual en estos casos, y las condenas unánimes de los dirigentes israelíes no han convencido a los palestinos: responsabilizan a Tel Aviv de la tragedia, por las «décadas de impunidad ante el terrorismo de los colonos».

El presidente palestino, Mahmud Abbas, anunció que el Estado israelí deberá responder por este nuevo «crimen de guerra» ante la Corte Penal Internacional (CPI): «Preparamos inmediatamente el dossier que será sometido a la CPI».

En un gesto muy poco habitual, Netanyahu llamó a Abbas. Expresó que ambos tienen que luchar juntos contra el «terrorismo», sin importar de qué lado venga. «Todo el mundo en Israel está conmocionado por este acto terrorista condenable que golpeó a la familia Dawabcheh», afirmó Netanyahu, quien visitó en el hospital de Tel Aviv a la familia del menor muerto.

Por su parte, Estados Unidos condenó lo que consideró «un brutal ataque terrorista». El Departamento de Estado urge a Israel a «detener a los asesinos» y llamó a ambas partes a «impedir una escalada de tensiones a raíz de este incidente trágico».

Cientos de palestinos comenzaron a manifestarse en Ramala, en Cisjordania, y en Gaza, donde anoche se registraba otra víctima, Mohamed al Masri, de 17 años. Miles de personas desfilaron por la aldea de Duma durante el funeral del bebé Ali Dawabcheh, de año y medio.

Según responsables de seguridad israelíes y palestinos, en la madrugada del viernes unos colonos lanzaron cócteles molotov a dos casas de Duma, cerca de Nablús, en el norte de Cisjordania, a través de las ventanas, que estaban abiertas debido a las altas temperaturas. Antes de huir, dibujaron una estrella de David en los muros y escribieron «el precio a pagar» y «venganza», dos días después de la demolición por las fuerzas israelíes de dos casas en obras en una colonia cercana a Ramala.

El bebé fue quemado vivo. Su madre Eham, de 26 años, su padre Saad y su hermano Ahmed, de cuatro años, resultaron heridos y transportados a un hospital israelí. También sufrió lesiones una niña, según varias fuentes, que fue ingresada. La madre, con quemaduras de tercer grado en el 90% de su cuerpo, el padre, en el 80% del cuerpo, y Ahmed en el 60%, se encuentran «en peligro de muerte», según los médicos.

Desde hace años, activistas de extrema derecha y colonos cometen agresiones o actos vandálicos en Israel y en los territorios ocupados. Sus objetivos son los palestinos, los lugares de culto musulmanes y cristianos e incluso los soldados israelíes. La mayoría de sus agresiones han quedado impunes.

Betselem: «Un niño quemado era solo cuestión de tiempo»

«Un niño quemado era solo cuestión de tiempo en vista de la política de no hacer cumplir la ley a los colonos violentos», reflexionó ayer la ONG israelí Betselem, que trabaja por los derechos humanos. La muerte del bebé se debe a «la política de las autoridades de no aplicar la ley a israelíes que hacen daño a los palestinos y sus propiedades. Esta política crea impunidad para los crímenes de odio y anima a los asaltantes a continuarlos, llevando al resultado horrible de esta mañana», estima la ONG. Según sus datos, en los últimos tres años, civiles israelíes prendieron fuego a nueve viviendas palestinas en Cisjordania y arrojaron un cóctel molotov a un taxi palestino (causando heridas graves a la familia que iba dentro), en actos en los que no se ha imputado a nadie. «Han prendido fuego a docenas de casas, mezquitas, negocios, cultivos y vehículos en Cisjordania. La inmensa mayoría de estos casos no fueron nunca resueltos y la Policía ni siquiera se molestó en tomar medidas de investigación elementales», denuncia la ONG.GARA