«Don’t get set into one form, adapt it and build your own, and let it grow, be like water», palabras del legendario Bruce Lee en su última entrevista televisiva antes de morir el 9 de diciembre de 1971 y que una marca de automóviles recuperó para un exitoso anuncio publicitario hace unos años. «Now, water can flow or it can crash. Be water my friend... El agua puede fluir o puede chocar. Sé agua amigo mío». Bruce Lee nació en San Francisco, aun siendo de origen chino, como Sun Yang, uno de los nombres propios de estos Campeonatos del Mundo y que ayer en el agua se reivindicó tras su reciente sanción de tres meses por un positivo con el que su país le castigó pero a la vez ocultó. El triple campeón mundial en Barcelona se subió ayer a lo más alto del podio en los 400 estilo libre y fiel a su estilismo, lo hizo con unas llamativas zapatillas made in Sun.

Fue la primera medalla en Kazán en la jornada inaugural de la natación, ausencias importantes al margen, que dejó un reguero de sorpresas y el primer récord mundial. Todos los Mundiales de natación (1973-2015) han tenido algún récord mundial, excepto Perth 1998, el punto de inflexión de este deporte. Y quien facilitó que no se faltara a esta cita fue la sueca Sarah Sjöström, con 55´74 en las semifinales de 100 libre, rebajando el récord en 24 centésimas, y que hoy podría mejorarlo.

Sorpresas unas cuantas decíamos –los dos australianos, incluido Horton con la mejor marca del año, quedaron fuera de la final de 400 libre–, sobre todo el papel de los estadounidenses cuyo honor lo salvó, cómo no, la favorita en los 400 libre, el talento descomunal de Katie Ledecky, que reeditó su título de Barcelona y fue la culpable de que se escuchara por primera vez en la prueba de natación el famoso «Oh, say can you see by the dawn's early light», del himno de la ‘bandera adornada de estrellas’. A sus 18 añitos –se dio a conocer con un oro en Londres con 15 años– le queda la disputa de los 200, 800 y 1.500 metros para ser una de las reinas que busca Kazán.

Las otras dos medallas del día las otorgaron las pruebas reinas de los relevos, el 4x100, donde en la prueba femenina fue imparable la Australia de las Campbell con 2’19’’ de ventaja y no pudieron tocar podio las suecas, en tanto la masculina se presentaba con favoritismo ruso, más después de que EEUU y Australia –vaya día el de sus nadadores– no se clasificaran para la final, hecho sin precedentes.

Pero los tapados eran los franceses, que se impusieron a los anfitriones, en una segunda posta donde su nadador Fabien Guillot saltó al agua al límite de la descalificación, lo hizo clavado, justo cuando su compañero tocaba la pared, telepático y clave. Francia es el vigente campeón olímpico, mundial, mundial en corta y europeo. Rusia se quedó con la plata e Italia dejó sin bronce a los brasileños.

El 4x100 estilo libre estadounidense hace aguas

Es el gran ausente en Kazán, pero nadie duda de que estará en Río el año próximo para enderezar la hegemonía de su país en el medallero de natación, que parece se tambalea en este Campeonato del Mundo. El ‘Tiburón de Baltimore’, Michael Phelps, ya no es el que era, y parece que tampoco quiere serlo. Pero sigue siendo el favorito para unas cuantas preseas olímpicas. El veterano y laureado entrenador húngaro Jon Urbanchek le conoce muy bien, desde que era un chaval, y no duda de que en los JJOO de 2016 enseñará su espalda a muchos rivales. «Tendrá buenas opciones de ganar el 200 mariposa, el 200 estilos y el relevo de 4x200; y con un poquito de suerte el relevo de 4x100, los 100 mariposa... Pero no creo que haga un programa largo. No está interesado. Ahora solo quiere dedicarse a las pruebas cortas. No necesita más medallas de oro. ¡Game over! Su motivación es disfrutar del deporte y atraer la atención del público hacia la natación», hablaba del estadounidense este fin de semana en una magnífica entrevista en ‘‘El País’’.

Un superhombre al que todavía le alcanzan sus poderes. «Un chino me preguntó por qué Michael es tan bueno. Yo le dije: ‘Michael es uno con el agua. No lucha contra el agua. Va con el agua. Usa el agua para avanzar’», explicaba el propio Urbanchek. Una máxima que no se aplicó el relevo 4x100 libre de EEUU, que hizo historia, sí, pero negativa, al no meterse por primera vez en una final mundial desde 1973, primera edición de esta cita. Jimmy Feigen, Anthony Ervin, Matt Grevers y Conor Dwyer son los nombres propios de esta humillación, tras ser 11º y caer en semifinales en una prueba que no pudieron llevarse finalmente los favoritos rusos y su ‘delfín’ Vladimir Morozov. Erró la premonición de Urbanchek en esa misma entrevista, cuando sostenía, con sorna, que «en Kazán no podemos descartar que los rusos ganen las pruebas de 100 libre porque nadan en casa y Putin los está viendo. ¡El miedo puede ser una motivación!». De momento, ningún oro en pruebas de velocidad.J.V.