Paralelamente a la reanudación de los enfrentamientos entre el Ejército y la guerrilla del PKK, Turquía sigue inmersa en una crisis política desde que las elecciones de junio privaran al gobernante AKP de su mayoría absoluta en el Parlamento y al jefe del Estado, Recep Tayyip Erdogan, de sus planes de reformar la Constitución para instaurar un sistema presidencialista.

Según la oposición y algunos medios de comunicación, ese inesperado varapalo electoral ayudaría a explicar la apuesta de Ankara por el recrudecimiento del conflicto con la guerrilla .

La Fuerza Aérea turca bombardeó ayer objetivos del PKK en Daglica, en Kurdistán Norte, horas después de que tres militares murieran por la explosión de una mina de fabricación casera al paso de una patrulla, en la provincia kurda de Sirnak, un ataque que fue atribuido a la guerrilla. Desde el 20 de julio, cuando un atentado en Suruç mató a 33 personas –el lunes falleció uno de los heridos–, han muerto 18 uniformados en ataques atribuidos al PKK.

Erdogan, líder de facto del AKP, habría optado por la «estrategia del caos» para preparar unos nuevos comicios que borrarían los resultados anteriores gracias a una legitimación electoral. También buscaría impedir que otra formación pueda tener acceso a los archivos de algunos ministerios tras 13 años de gobernar sin oposición.

El 13 de julio, el AKP inició conversaciones con el kemalista CHP, segunda fuerza, para formar de un Gobierno de coalición antes del 23 de agosto. Después de tres semanas, su líder, Kemal Kiliçdaroglu, ha acusado públicamente a Erdogan de actuar en la sombra para hacer descarrilar las conversaciones.

Si no hay acuerdo en el plazo fijado, el presidente podría pedir al primer ministro, Ahmet Davutoglu, que constituya un Ejecutivo en minoría, confiando en lograr el apoyo del panturco MHP, que defiende una línea intransigente hacia la insurgencia kurda. Aunque la opción preferida por los medios es una nueva convocatoria de elecciones.

Ayer, el vicepresidente del MHP, Semih Yalçin, aseguró que su partido apoyaría un Gobierno en minoría del AKP de carácter provisional hasta la celebración de elecciones anticipadas en noviembre.

Considerado junto su partido, el prokurdo HDP, el ganador de las elecciones de junio con el 13% de los votos, Demirtas Selahhatin se ha convertido en la pesadilla del poder. Investigado judicialmente, asegura que Ankara trata de prohibir su formación para eliminarla de la escena política. Sin embargo, las encuestas arrojan una intención de voto superior al 15% para el HDP e inferior al 40% para el AKP, por lo que unas elecciones anticipadas serían un «riesgo» para el partido gobernante y un Gobierno en minoría le permitiría ganar tiempo.

El Kremlin niega que su plan contra el ISIS incluya enviar tropas

El Kremlin negó ayer rotundamente que el plan del presidente ruso, Vladimir Putin, para combatir al ISIS incluya el envío a Siria de tropas rusas. Rechazó que el presidente sirio, Bashar al-Assad, pidiera a Putin el despliegue tropas en el país árabe, donde Moscú cuenta con su única base militar en el exterior, el puerto de Tartus, y descartó la posibilidad de que Moscú ordene a su Fuerza Aérea participar en los bombardeos de la coalición que lidera EEUU contra posiciones yihadistas.GARA