El expreso republicano y exmiembro del IRA de 53 años, Kevin McGuigan, murió ayer tiroteado delante de su mujer, a la puerta de su casa, en el área republicana de Short Strand, Belfast. Dos encapuchados que vestían de negro se le acercaron y a quemarropa dispararon en la cabeza de este padre de nueve hijos.

Según recogían medios irlandeses, la Policía norirlandesa habría llamado como testigo a McGuigan por estar involucrado en la muerte hace tres meses de Gerard Jock Davison, histórico del IRA, amigo personal de Gerry Adams y firme partidario del proceso de paz.

Aparente venganza

La muerte de McGuigan, que recientemente ya había sido disparado en sus rodillas y codos, se interpretó como un acto de venganza y los llamamientos a la calma y a la contención se multiplicaron.

Mientras que Alek Maksey, concejal de Sinn Féin, no contemplaba «ni como hipótesis» la implicación del IRA, el líder unionista Robinson amenazó a Sinn Féin con la salida del Ejecutivo.